El presidente de la Generalitat, Quim Torra, ha decidido retirar el último lazo amarillo que lucía el edificio del Palau de la Generalitat. Aunque el lazo estaba en el interior del edifico, en el Pati dels Tarongers, y no era visible desde la calle, la decisión de Torra ha estado motivada por la amenaza de Ciudadanos de denunciarle de nuevo a la Junta Electoral Central (JEC) por el uso indebido de símbolos partidistas en los edificios públicos.
Por evitar verse de nuevo denunciado ante la fiscalìa, el presidente de la Generalitat ha ordenado retirar el lazo amarillo. En la entrada de la reunión del Consell Executiu, los consellers ya no han visto en uno de los muros que rodean el patio el lazo amarillo que estaba expuesto hasta unas horas antes.
La retirada de este lazo culmina el enfrentamiento que desde hace unos días ha mantenido el presidente de la Generalitat con la JEC y con los partidos no independentistas, que le pedían que se retiraran los lazos amarillos de los edificios públicos ya que están considerados como símbolos partidistas y su exhibición en edificios públicos está prohibida por ley durante los periodos electorales.
La alcaldesa Ada Colau sí decidió retirar los que estaban expuestos en la fachada del edificio del Ayuntamiento tras el requerimiento de la JEC.