Cinco dias después de las elecciones, Ada Colau sigue sin mostrándose ambigua y sin aclarar si aceptará los votos de Manuel Valls para ser investida de nuevo alcaldesa y evitar que la ciudad tenga un alcalde independentista, Ernest Maragall. En un artículo de opinión publicado este viernes en el Periódico, la líder de Barcelona en Comú asegura que no negociaciará con Manuel Valls o Elsa Artadi. En ningún caso iniciaré una negociación para un acuerdo con el Sr. Valls o la Sra. Artadi, dado que representan modelos de ciudad antagónicos a lo que hemos estado impulsando desde el Gobierno durante los últimos cuatro años".

El pasado miércoles, Valls dijo que, bajo toda costa, quiere evitar que Barcelona tenga un alcalde independentista y que estaba dispuesto a ceder los votos de su grupo municipal, Barcelona pel Canvi-Ciutadans, para investir a Colau "sin condiciones" pora que la ciudad tuviera un gobierno de izquierdas entre Colau y Jaume Collboni. En ningún momento, el exprimer ministro francés dijo que quisiera entablar una negociación. Sin embargo, Colau sigue sin aclarar si aceptará los votos de Valls.

CIUDAD DE IZQUIERDAS

En el artículo, Colau insiste en que Barcelona es una ciudad de izquierdas y recuerda que las elecciones del pasado domingo "han dado una mayoría histórica a las izquierdas, con 28 de 41 concejales en el pleno". Como ya avanzó Metrópoli Abierta esta semana, se trata de la mayoría progresista más amplia desde la llegada de los ayuntamientos democráticos, "superando el máximo de 27 concejales de 1979", dice Colau, que parece haberse inspirado en la noticia de este medio.

Según Colau, los resultados del domingo dictaron que el 60% de los barceloneses votaron a partidos progresistas, lo que se tradujo en 10 concejales para ERC, 10 para Barcelona en Comú y 8 el PSC. Para la primera edil de la ciudad en funciones es "la oportunidad de configurar un gran pacto amplio de las izquierdas barcelonesas para, conjuntamente, construir un proyecto de ciudad compartido, aportando cada uno su trayectoria y sus matices y poniendo Barcelona en el centro de nuestras prioridades".

CONFLICTO ENQUISTADO

En el artículo, Colau expone que el momento político y social en Cataluña y España es muy complejo a nivel nacional, "con líderes sociales y políticos presos injustamente y por la judicialización de la política, que siempre he denunciado y no dejaré de hacerlo nunca. Pero al mismo tiempo, Barcelona como capital de Catalunya puede hacer un gran servicio al país configurando un gobierno transversal y progresista que abre nuevas oportunidades al diálogo, como una forma de superar un conflicto enquistado y que debe terminar en cualquiera de los casos con una votación. También en este sentido apostamos por superar los vetos entre fuerzas progresistas y encontrar soluciones políticas en lugar de judiciales".

Para la alcaldesa, las fuerzas de izquierdas "tenemos la responsabilidad histórica y casi la obligación de entendernos entre nosotros. El próximo 15 de junio se constituye el nuevo pleno y se aprueba la investidura de quien debe encabezar el nuevo gobierno de la ciudad. Tenemos tiempo suficiente para, con calma, rigor y poniendo siempre los intereses de la ciudad por delante, reconstruir confianzas dañadas por demasiado tiempo de reproches, levantar vetos y ponernos a trabajar en positivo pensando en lo que nos une, en los retos que tenemos como ciudad y las respuestas que queremos dar. Hagámoslo conjuntamente, como la ciudadanía nos ha pedido.

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