“Es inadmisible que se vulnere de esta manera nuestro derecho al descanso”. Esta es una frase de un vecino de la zona del Fòrum, donde estos días se está celebrando el Primavera Sound. Es la muestra de lo que les toca vivir con la celebración del festival, un evento que año tras año provoca un enorme malestar entre las personas que viven en las zonas cercanas al recinto.
Los vecinos están tan hartos que han decidido poner una denuncia contra los organizadores del evento. Los ruidos de los conciertos, que acaban a las 05:30 de la madrugada, no les deja conciliar el sueño durante toda la noche, sobre todo a aquellas familias que viven en las zonas mas cercanas a la confluencia entre la Rambla Prim y la Diagonal.
DECIBELIOS POR LAS NUBES
Sus molestias y su hartazgo han alcanzado el nivel máximo y han decidido poner una denuncia por lo que consideran incumplimientos flagrantes de la normativa sobre ruidos y sobre civismo. El motivo elegido en esta ocasión, aunque tienen para ‘dar y regalar’, es el nivel de ruido que tienen que soportar. Uno de los vecinos ha reconocido que ha detectado, con un sonómetro, un volumen de mas de 80 decibelios, cuando el máximo permitido ronda los 65 decibelios..
“La mayoría somos gente trabajadora, que nos levantamos pronto”, se quejan. Pero sus molestias no acaban con el ruido, si no que van mucho más allá. Cuando los conciertos acaban, miles de personas abandonan el recinto. “Muchos salen gritando, bebiendo, cantando…, aunque lo peor es que mean en cualquier lado y lo dejan todo lleno de latas, botellas...”, denuncian los vecinos. Según han comprobado los habitantes de la zona, los servicios de limpieza no acaban de adecentar las calles que rodean el recinto hasta entrada la mañana. Mientras tanto, la suciedad y los malor olores los tienen que soportar los vecinos.
¿Y LA GUARDIA URBANA?
Cuando se les pregunta por la intervención de la Guardia Urbana, los vecinos defienden que “su presencia es casi inexistente”. Afirman que les han avisado en varias ocasiones, pero al final “apenas pueden hacer nada, ya sabemos que están desbordados”.
Se lamentan de que cuando les piden que se presenten en la zona con un sonómetro para certificar el elevado volumen de ruido que tienen que soportar, les contestan que no disponen de medidores de ruido. Afirman que les suena a "escusa de mal pagador, pero ante eso nada poco podemos hacer", se quejan.
INTERVENCIÓN DE LA FISCALÍA
Los vecinos consideran que la única manera de acabar con las molestias que les causan los conciertos que se celebran en el Fòrum, tanto los del Primavera Sound como el resto que tienen lugar en el mismo recinto, es con una intervención de oficio de la Fiscalía. “Mientras tanto, el asunto seguirá igual”, denuncian.
También lamentan la reacción prácticamente nula que tienen desde el Ayuntamiento, el distrito y B:SM, la empresa municipal encargada de gestionar el recinto, ante esta situación. Las quejas que año tras año han hecho llegar a la autoridades municipales han quedado en nada. “Muchas veces nos dicen que lo van a solucionar, pero así llevamos años y no hacen nada”, lamentan.
LAS SUBVENCIONES Y HACIENDA
El Primavera Sound, como informó Metrópoli Abierta, es una máquina de hacer dinero y recibe importantes subvenciones. El Institut Català de les Empreses Culturals, dependiente de la Generalitat, le ha abonado 392.876 euros. El segundo benefactor más generoso es el Ayuntamiento de Ada Colau: 277.000 euros gratis et amore. En tercer lugar aparece el Instituto Nacional de las Artes, vinculado al ministerio de Cultura, que contribuyó con 45.000 euros.
Estas instituciones desconocen que Primavera Sound elude al fisco impuestos. Los funcionarios de la Agencia Tributaria revisaron los de sociedades, IVA y renta de no residentes, correspondientes a los ejercicios 2010, 2011 y 2012. Tras ello, en 2015 Hacienda extendió una serie de actas por importe de 402.866 euros, por cuotas e intereses.
Adicionalmente, impuso al Primavera Sound sanciones por nada menos que 516.394 euros. En total, la sociedad organizadora hubo de pagar a la Agencia Tributaria 919.260 euros.
El correctivo más voluminoso concierne al impuesto de sociedades de 2010 a 2012, por el que le propinó 225.195 euros por cuota e intereses, así como una sanción de 338.543 euros. La empresa ha presentado varias reclamaciones al Tribunal Económico-Administrativo, que todavía están pendientes de resolución.