En 1972 la ONU estableció el 5 de junio como el Día Mundial del Medio Ambiente, coincidiendo con la primera cumbre mundial de medio ambiente en Estocolmo. La finalidad de este congreso era aumentar la conciencia y fomentar la acción global en la protección del planeta.
Todavía sigue siendo uno de los grandes retos de la sociedad actual reducir el impacto negativo que el ser humano genera con sus actividades en la Tierra. Desde Aigües de Barcelona trabajan con un compromiso de desarrollo sostenible, impulsando medidas para minimizar el impacto ambiental, la potenciación de energías limpias y el fomento de la economía circular.
REDUCIR LA HUELLA DE CARBONO
La gran apuesta de la compañía ha sido impulsar la movilidad sostenible y el uso de energías renovables. Esto ha supuesto reducir en un 40,6% la huella de carbono en su actividad desde 2015. Actualmente, Aigües de Barcelona cuenta con una flota de 120 vehículos 100% eléctricos, la mayor de Barcelona y certificada con el sello de calidad ambiental.
Por otra parte, la instalación de placas fotovoltaicas y pérgolas de captación fotovoltaica ha permitido prácticamente el uso del 100% de energía libre de emisiones. Casi el 10% de esta energía consumida proviene de energía renovable generada en las instalaciones de Aigües de Barcelona.
OBJETIVO: RESIDUOS CERO
Entre las prioridades de la empresa se encuentra reducir al máximo los residuos derivados de su propia actividad. Gracias a la generación de biogás, a partir de los lodos de las depuradoras, se ha conseguido revalorizar el 89% de los residuos generados.
ECOFACTORÍAS: EL IMPULSO DEFINITIVO
Uno de los puntos clave en Aigües de Barcelona para contribuir en la lucha contra el cambio climático es la gestión eficiente del modelo de economía circular del ciclo del agua. El proyecto de la compañía apuesta por convertir las estaciones de aguas residuales en ecofactorías, es decir, en plantas que sean autosuficientes y generen toda la energía necesaria para funcionar.
Un ejemplo de este proyecto pionero es la transformación de la EDAR del Baix Llobregat en ecofactoría. Gracias a esta estrategia, el saneamiento se convierte en la pieza angular del proceso para hacer que no sea el final del ciclo, sino el origen del reaprovechamiento del agua.