Dos agentes de seguridad del metro de Barcelona han sufrido una agresión que les ha obligado a recibir asistencia médica en una clínica.

Los hechos han sucedido en la estación de la L2 de Gorg, cuando los agentes se encontraban, junto a algunos trabajadores de metro, en uno de los controles de billetaje que la empresa hace cada cierto tiempo para intentar acabar con la práctica de usar el transporte público sin obtener el billete obligatorio..

Cuando se llevan a cabo estos controles, los miembros del servicio de seguridad actúan como personal de apoyo de las personas que piden los billetes a los usuarios para comprobar que ha abonado su correspondiente billete para acceder a la instalación. Su presencia intenta evitar que los trabajadores del metro sufran episodios de violencia.

CABEZAZO Y CAÍDA

En un momento de la intervención, unas personas se han negado a enseñar sus correspondientes billetes, por lo que los agentes de seguridad se han visto obligados a intervenir.

Durante la intervención, uno de los usuarios ha lanzado un cabezazo hacia la cara de uno de los agentes. Este ha logrado reaccionar, aunque no ha podido evitar recibir un golpe en la frente que le ha causado una pequeña herida.

Mientras tanto su compañero ha recibido un empujón y ha caído al suelo de espalda. Al llevar una mochila con algún material, se ha golpeado en el costado y se ha dañado las costillas, por lo que ha tenido que ser atendido en un centro médico.

NUMEROSAS QUEJAS

Los vigilantes de seguridad se han quejado en numerosas ocasiones por el sistema de trabajo que les obligan a llevar a cabo, sobre todo cuando tienen que estar presentes en los procesos de control de billetaje.

Según fuentes conocedoras de este tipo de dispositivos, habitualmente TMB envía a personas muy jóvenes, incluso a personal contratado para sustituciones de verano, a llevar a cabo estos controles. Y cuando surge cualquier problema, son los agentes de seguridad los que deben actuar.

Sin embargo, los agentes tan solo tienen potestad para retener a los posibles infractores en el caso de que estos se nieguen a enseñarles la documentación. En ese caso, deben avisar a los mossos para que sean estos los que actúen. Mientras tanto, no pueden atender otros posibles casos, por lo que su labor queda minimizada.

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