Venecia es uno de los puntos fuertes, turísticamente hablando, de Italia. Aunque ciudades como Roma, Florencia o Milán reciban a millones de turistas al año, Venecia es la más afectada por este tipo de visitas. El alcalde de la ciudad, Luigi Brugnaro, ha conseguido introducir una nueva tasa de entrada para estancias sin pernoctación que podría paliar los efectos negativos de la bella metrópolis. 

EL TURISMO DETERIORA LA CIUDAD

Al igual que otras ciudades como Ámsterdam o Barcelona, Venecia es un gran reclamo turístico. Sus canales, su historia y sobretodo el patrimonio cultural con el que cuenta la han convertido en uno de los destinos más demandados en todo el mundo. Pero aunque el turismo sea su principal fuente económica, deja algunos problemas con difícil solución. Los 30 millones de turistas que recibe anualmente la ciudad italiana significan un deterioro constante para la ciudad de 50.000 habitantes, por eso hace falta una solución económica que permita revertir la situación para que el turismo aporte solo beneficios. 

La "tasa de desembarco", que ya tienen algunas pequeñas islas italianas, se trata de un impuesto pensado para aquellos turistas que no pasan la noche en el destino y que únicamente hacen una visita diurna. Esta nueva medida pretende "estudiaremos un reglamento equilibrado que proteja a todos los que viven, estudian y trabajan en nuestro territorio".

LOS CRUCEROS COMPORTAN UNA EMERGENCIA CLIMÁTICA

El consistorio veneciano calcula unos ingresos de entre 40 y 50 millones de euros anuales si la tasa se situara en 5 euros, el mismo importe de la tasa turística en la ciudad y que genera actualmente 30 millones de euros al año. Si se aplica igual que en las islas donde ya se realiza desde hace algunos años, la tasa se incluiría en el billete de transporte con el que se llega a la ciudad -especialmente los cruceros- y serían las compañías las encargadas de pagarlo al Ayuntamiento.

Los efectos que tienen los medios de transporte que llegan a la ciudad para transportar a los turistas son otra lacra contra la que luchan los venecianos. Hace unas pocas horas alrededor de 300 activistas del Comité No Grandes Naves han ocupado esta mañana la alfombra roja de la 76ª Mostra Internacional de Cine de Venecia, que este sábado se clausura, para pedir que se declare la "emergencia climática". Este comité se constituyó para reclamar el control de los grandes cruceros que atraviesan a diario el centro de la laguna de Venecia. Los asistentes a la concentración que se ha desarrollado esta mañana a las puertas del Palacio del Cine del Lido piden que "el mundo deje de dar la espalda ante las catástrofes climáticas que nos afectan".

Venecianos protestando contra el cambio climático y los cruceros en el festival de cine / EFE



Noticias relacionadas