La rabia se palpa en el ambiente, pero se contiene. El segundo aniversario del 1-O se ha cerrado en Barcelona sin incidentes y de forma pacífica, aunque con la sentencia en la cabeza de las miles de personas que han salido a la calle sin saber exactamente por qué.
Se conmemora el 1 de octubre sí, pero también se protesta por las recientes detenciones de diversos miembros de los CDR en el marco de la Operación Judas. Tampoco se olvida a los presos soberanistas, a los que el independentismo recuerda en vísperas de que llegue las sentencia del procés. Bajo este contexto 18.000 personas --según la Guardia Urbana-- se han manifestado este martes por las calles de Barcelona en una marcha organizada por la ANC.
PERFIL BAJO DE LOS CDR
Los CDR, por su parte, han adoptado un perfil bajo y no han hecho de esta concentración su bandera. Quizá por ello durante esta jornada no se han repetido las mismas escenas que el 1 de octubre del año pasado, cuando los CDR sí llamaron a los suyos a manifestarse en Barcelona.
Ese día las diferentes manifestaciones que tuvieron lugar en la capital catalana se saldaron con un total de 43 heridos leves y un intento de asalto al Parlament de Catalunya. Ese día, también, uno de los lemas más repetidos durante la concentración frente a la cámara catalana fue “desobedeced o dimitid”.
MANIFESTACIÓN PACÍFICA
Nada de ello se ha vuelto a repetir este martes, donde la ANC ha iniciado de forma puntual su manifestación por el centro de Barcelona. La masa ha empezado a desfilar por plaza de Catalunya y ha subido por paseo de Gràcia, hasta llegar a parar delante de la sede de la Comisión Europea en la ciudad. Ahí se han detenido los más jóvenes y algunos mayores, frente a la atenta mirada de unos pocos antidisturbios que custodiaban el edificio.
Sin incidentes, la manifestación ha proseguido su ruta hasta llegar a otro punto caliente, la Delegación del Gobierno español. Más presencia policial, aunque de nuevo, nadie ha arremetido contra ellos. Tan sólo unos inocentes aviones de papel lanzados contra el cordón de seguridad e insultos de todo tipo, que llevaban escrito de forma rudimentaria la palabra “CDR”.
La marcha ha acabado sin más dilación frente al colegio Jaume Balmes de Barcelona, una de las escuelas donde se produjeron cargas el 1-O de 2017. Ahí se ha leído un manifiesto donde se ha reclamado hacer efectiva la independencia “real”, se ha recordado a los “presos políticos” y se ha loado la fecha del 1-O, en sintonía con la pancarta que encabezaba la manifestación: 'Lo hicimos y ganamos'.