El Ayuntamiento de Barcelona instalará radares en el túnel de la Rovira, que une el Baix Guinardó con el barrio del Carmel. El objetivo es controlar la velocidad de los 40.000 vehículos que a diario utilizan la infraestructura viaria, en la que es habitual que se produzcan accidentes por exceso de velocidad. Los radares podrían estar operativos tras el verano de 2020.

El pasado 15 de octubre, el consistorio sacó a licitación la instalación de las cámaras por valor de 321.791,08 euros con el IVA incluido, según figura en la página de contratación pública municipal. La empresas que quieran optar a la adjudicación pueden presentar las ofertas hasta el 19 de noviembre. El contrato tendrá una duración de tres meses.

BANDAS REDUCTORAS

Actualmente, la velocidad en el túnel es de 60 kilómetros por hora, salvo en las salidas y entradas del túnel, donde está prohibido circular a más de 50 (sentido descendente) y 40 km por hora (sentido ascendente), respectivamente. Sin embargo, muchos conductores se saltan este límite de velocidad, lo que obligó al Ayuntamiento a colocar bandas reductoras en la entrada y salida de los túneles.

El túnel de la Rovira, que cruza los barrios de la Font d'en Fargues, Can Baró y Carmel, entró en funcionamiento en 1987 y consta de dos túneles independientes, uno para cada sentido de circulación, con dos carriles de circulación. Los días laborables pasan por la vía 21.898 vehículos, en dirección a Horta, y 20.672, en dirección Guinardó. El túnel tiene una distancia de 1,3 kilómetros.

Las cámaras se situarán en la entrada y la salida del túnel. La normativa establece que entre una cámara y otra tiene que existir un kilómetro de distancia. La velocidad quedará limitada a los 60 kilómetros actuales, menos en la entrada y salida donde será de 50 kilómetros por hora en ambos sentidos de circulación.

RADAR DE TRAMO

El tipo de radar que se instala en el túnel de la Rovira es de tramo. En este tipo de control de la velocidad la cámara detecta la matrícula y la hora exacta en la que pasa el vehículo. Otro lector recoge de nuevo los datos de paso al final del tramo controlado. Y, finalmente, el sistema calcula el tiempo que ha tardado el vehículo en recorrer todo el tramo y establece una velocidad media, según la información del RACC.

Fuentes municipales informan que el Ayuntamiento que la instalación de los radares forma parte de una política para mejorar la seguridad viaria en Barcelona para reducir la siniestralidad y conseguir que haya cero víctimas mortales. En casi 10 meses de 2019 han muerto 16 personas en accidentes de tráfico en Barcelona, la mayoría peatones y motoristas. Una de las últimas víctimas ha sido un niño de cinco años en el distrito de Sant Martí.

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