Ramiro M. lleva siete meses en la calle. Asegura a Metrópoli Abierta que hay noches que no aguanta el frío y no le queda más opción que ponerse a caminar para que se le pase. La semana pasada, “cuando llovió tanto”, acabó mojado hasta las rodillas y no pudo dormir. Y hoy reconoce que, aunque no ingiere nunca alcohol, ha bebido un poco para calentarse. “Noto mucho frío por las noches, ¿pero qué voy a hacer? ¿Sabes qué es dormir en el suelo con un par de cartones?”, dice Ramiro, una de las personas que no se plantea ser acogido por la administración este invierno. A pesar de que, según datos de Arrels Fundació, este año hay más sintecho que en 2018, el Ayuntamiento de Barcelona ha congelado el presupuesto destinado a este sector de la población.
OPERACIÓ FRED
El consistorio ha anunciado este martes en un comunicado que durante los próximos días activará la Operació Fred anual, que tiene el objetivo de “dar protección a las personas que pernoctan en la vía pública ante una bajada de temperaturas”.
Consta de dos fases. La primera, que se llama preventiva, se pone en marcha cuando la temperatura es de unos 5ºC o a partir del mes de diciembre. Esta consiste en abrir 75 plazas en el Centre d’Urgències i Emergències Socials (CUESB) de Barcelona, que está situado en la calle Llacuna, 25 y cuya meta es “ofrecer una acogida puntual, servicios de higiene, medicamentos y alimentación". Se trata de una medida que funcionará durante unos 120 días consecutivos, pero que solo protegerá a una pequeña parte de todos los que pasan los días y las noches en el raso.
En 2018 la Operació Fred del Ayuntamiento también ofreció 75 plazas. En base a las 1.000 personas que Arrels Fundació contabilizó que había entonces en la calle, la entidad calculó que con estas 75 plazas solo el 8% de los sintecho de la capital catalana estarían asistidos.
Este año el número de personas que no tienen un lugar al que llamar hogar ha subido. Según cifras que recogió Arrels Fundació en mayo de 2018, 2.099 personas están acogidas por la administración y centros privados y, de acuerdo con las que publicó en junio de 2019, 1.195 personas duermen en la calle. Es por eso que, ahora que la cifra de sintecho es mayor, desde la entidad señalan que el porcentaje que serán acogidos este año “será inferior”.
COMBATIR EL FRÍO
Paulo Dos Anjos, que también lleva siete meses durmiendo al raso, está lejos de sentirse conforme con la Operació Fred. “El Ayuntamiento debería abrir más plazas. ¿Por qué solo son 75 si hay más de 3.000 sintecho en Barcelona?”, se pregunta al hablar de una realidad que él combate abrigándose por las noches con mantas y un saco de dormir y estirándose sobre unos cartones. “Bebemos para olvidar, pero también nos sirve para calentaros. Duermo con un grupo de personas para protegernos de los robos, aunque estar unidos también nos ayuda a entrar en calor”, añade.
A pesar de las dificultades, Dos Anjos asegura que por la noche “no es tan difícil como durante el día”. ¿La razón? No tiene dónde esconderse, refugiarse, ni estirarse porque la policía puede echarle. Se trata de una opinión similar a la de Roberto, que lleva seis años durmiendo al raso. “Por la noche llevo bien el frío, pero por la mañana, cuando me saco la manta, estoy media hora temblando. Después me pongo a caminar y se me pasa”, subraya.
Por su parte, Ramiro M. ha visto como la bajada de las temperaturas se materializa de distintas maneras. De hecho, apunta que ya no le quedan mantas de sobra porque ha venido “más de uno” a pedirle porque tenía frío. “Ayer un chico estaba temblando y acurrucado como un caracol. Le di la última que me quedaba”, lamenta Ramiro, que al mismo tiempo dice que ahora pasa las noches en la plaza del Bonsuccés porque “está resguardada y es bastante tranquila”.
FASE DE ALERTA
La segunda fase de la Operació Fred es la de alerta. Según ha comunicado el Ayuntamiento, se activa cuando se prevé que las temperaturas descenderán por debajo de los 0ºC y se otorgan 325 plazas adicionales, que se suman a las 75 “ya reservadas” en el CUESB. Aunque al mismo tiempo ha reconocido que, el hecho que durante el invierno 2018-2019 las temperaturas no se situaran alrededor de los 0ºC, hizo que no se llevara a cabo. En cambio, en el de 2017-2018 se activó en dos ocasiones.
Del total de 325 plazas, 150 se abrirán en “un equipamiento del distrito de Sant Martí, 100 más en otro de Sarrià – Sant Gervasi, 30 plazas exclusivamente para mujeres en el distrito del Eixample, 25 plazas más en mismo CUESB y 20 plazas en un recurso residencial ya existente en Sarrià – Sant Gervasi”. Así lo ha manifestado también el consistorio al hablar de una batería de medidas con las que Ramiro también se muestra discrepante.
Para él, en lugar de proporcionar este escaso número de camas, la administración debería haber dejado en pie algunas de las chabolas que, según dice, han tirado en varios puntos de la ciudad. “Yo sé que voy a salir de la calle, pero me gustaría que ayuden más a la gente y que no les molesten cuando buscan un sitio donde refugiarse”, sentencia.