Manuela, la abuela de 71 años que se había convertido en un símbolo de resistencia por su lucha contra los desahucios en el barrio Gótico de Barcelona, ha sido finalmente desalojada de su piso este martes. La veterana activista vivía desde hace años en su domicilio sin agua y sin lavabo por no pagar el alquiler.
El desahucio, por orden judicial, se ha llevado a cabo esta mañana con fuerte presencia policial, después de que en otras cuatro ocasiones anteriores se aplazara por la resistencia ofrecida por los vecinos que han apoyado a esta abuela, muy conocida en el barrio.
OFERTA DE UNA PENSIÓN
El Ayuntamiento de Barcelona ha ofrecido a la anciana pagarle una pensión hasta que le pueda facilitar la vivienda social que ya tiene concedida, previsiblemente dentro de pocos días, pero ella lo ha declinado porque prefiere ir a vivir de momento a casa de un familiar. Manuela vivía desde hace años en el número 5 de la calle Obradors y ha recibido el apoyo de la plataforma vecinal Resistim al Gótic.
La veciba vivía en condiciones muy precarias y hasta hace un año no había querido acudir a los servicios sociales municipales.La plataforma había convertido a Manuela, madre de siete hijos ya emancipados, una de las cuales fue también desalojada del mismo bloque de viviendas, en un símbolo de la lucha contra la gentrificación y el acoso inmobiliario.
VIVIENDA SOCIAL
Según ha explicado a la televisión municipal Betevé el portavoz de la plataforma Resistim al Gótic, Martí Cusó, el desahucio se ha ejecutado finalmente esta mañana ante la protección de cinco furgonetas de los Mossos d'Esquadra que han bloqueado la calle y han custodiado a la comitiva judicial. Cusó ha informado de que Manuela recibió ayer la notificación del Ayuntamiento de que ya le han adjudicado la vivienda social que esperaba, pero que no pueden entregársela hasta dentro de 15 días.
La mujer había dejado de pagar el alquiler de la vivienda hace dos años después de que, según ella, un operario que envió la propiedad le causó destrozos en su piso, por lo que interpuso una denuncia por acoso inmobiliario, aunque el juzgado archivó la causa.