Crean en Barcelona una tecnología para escrutar los genes de millones de años atrás
Con ella se puede comparar 1,4 millones de secuencias genéticas simultáneamente
3 diciembre, 2019 20:36Noticias relacionadas
Investigadores del Centro de Regulación Genómica (CRG) de Barcelona han descrito una nueva tecnología que permite comparar simultáneamente 1,4 millones de secuencias genéticas y clasificar cómo se relacionan entre ellas, lo que facilita escrutar la genética de millones de años atrás.
RECONSTRUIR LA EVOLUCIÓN DE LA VIDA
Según los científicos, esta tecnología tiene capacidad para reconstruir cómo ha evolucionado la vida a lo largo de cientos de millones de años y supone un importante avance para comprender el código de la vida para cada especie viva de la Tierra.
Cédric Notredame, investigador del CRG y autor principal del estudio, ha explicado que la secuenciación del genoma de la vida en la Tierra puede desvelar secretos hasta ahora desconocidos que aporten nuevas visiones sobre la evolución y aporten nuevos alimentos, fármacos o materiales. "Actualmente utilizamos alineamiento múltiple de secuencias (MSA) para comprender el árbol genealógico de la evolución de las especies. Cuanto mayor sea tu MSA, mayor será el árbol y más profundamente podremos escarbar en el pasado, y podremos descubrir cómo aparecieron y se separaron las especies entre sí", ha ejemplificado Notredame.
En la misma línea, ha asegurado que la nueva tecnología "es una máquina del tiempo que nos explica de qué forma las antiguas limitaciones influyeron en los genes para dar lugar a la vida tal como la conocemos hoy, parecido a cómo el Telescopio Espacial Hubble observa cosas que ocurrieron hace millones de años para ayudar a comprender el universo en el que vivimos”
RESISTENCIAS Y MUTACIONES
Los investigadores pueden utilizar el MSA para entender cómo han evolucionado algunas especies de plantas para ser más resistentes al cambio climático o de qué modo mutaciones genéticas de una especie las hace vulnerables a la extinción.
En la investigación también han participado la Universidad Pompeu Fabra, la escuela de estudios internacionales ESCI y el Instituto de Ciencia y Tecnología de Austria.