La Zona de Bajas Emisiones que entrará en vigor el 1 de enero de 2020 en Barcelona ha provocado el malestar entre los propietarios de los vehículos catalogados como históricos. Creen que su tradición peligra y culpan a la normativa de la alcaldesa Ada Colau que restringe la entrada de los coches contaminantes a la ciudad que definen como "arbitraria y poco estudiada".

Ciudades europeas como París incorporan a estos vehículos como una de las excepciones y sí pueden circular a pesar de tener también normativas en contra de los coches contaminantes. Según publica este domingo El  Periódico, Asociaciones de propietarios de vehículos históricos critican la actitud de Colau por no atender a razones de "pura lógica".

REGULADOS POR LEY

La Dirección General de Tráfico (DGT) otorga una matrícula legal a estos vehículos especiales, regulados por la ley (Real Decreto 920/2017, de 23 de octubre). Se trata de vehículos restaurados, con un alto coste en los retoques. "Tampoco somos tantos. Contaminan mucho más las furgonetas de reparto y camiones, por ejemplo", explica Miguel Ángel, socio del Club MG de Catalunya. 

La normativa establece una serie de requisitos para considerar un vehículo como histórico. Deben tener al menos 30 años y que no hayan recibido modificaciones mecánicas. Entre los propietarios de estas reliquias sobre ruedas se ha generado la alarma debido a que la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) relega estos vehículos a la categoría de coche viejo.

EL EJEMPLO DE PARÍS

"No pedimos nada raro, sólo queremos que se aplique la normativa europea de vehículos históricos del mismo modo que sucede en muchas ciudades de Europa como París y Lisboa", señala Miguel Ángel. París, la norma que restringe la circulación de los vehículos contaminantes contempla excepciones entre los que se cuentan los servicios policiales, de emergencias y también los coches históricos, entre otros.

Desde las asociaciones de propietarios de vehículos históricos lamentan la actitud del consistorio barcelonés que no atiende a razones de pura lógica "amparándose en una política medioambiental que tampoco se aplica correctamente", señalan. "El problema no es solo que nos relegan a usar los vehículos unas horas y durante el fin de semana. No entienden el peligro para la seguridad que supone tener que circular de noche con unos vehículos que son seguros pero tecnológicamente más limitados que los actuales (iluminación, frenos, neumáticos). Para ir a una concentración un fin de semana tienes que salir el viernes por la noche", admite Miguel Ángel. 

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