De fundir cañones a espacio cultural

El edificio neoclásico de la Antiga Foneria de Canons se convertirá en un nuevo equipamiento cultural. El presidente de la Generalitat, Quim Torra, ha anunciado este jueves un concurso público para convertir el inmueble, ubicado en La Rambla de Barcelona y que lleva 17 años cerrado.

En rueda de prensa en la propia Antiga Foneria de Canons, Torra ha remarcado que el concurso se abrirá en el segundo trimestre y prevé realizar la adjudicación a finales de este año: El edificio "no puede continuar cerrado" en el centro de Barcelona. Torra ha asegurado que la cultura es una herramienta de integración y cohesión, y ha subrayado que el futuro uso cultural del equipamiento será un nuevo recurso cultural con vocación social, "de barrio, ciudad y de país".

El presidente de la Generalitat ha subrayado que el tipo de equipamiento cultural será "el que las ofertas determinen", siguiendo el pliegue de condiciones del concurso, y ha remarcado que cualquier propuesta será analizada por los técnicos.

COMUNICACIÓN A COLAU

El presidente catalán ha asegurado que ha comunicado a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, la reobertura del inmueble y que pone el efificio a disposición de la ciudad, y se ha mostrado abierto a hablar con el consistorio y las asociaciones de vecinos para que sea un proyecto que todo el mundo pueda disfrutar.

El inmueble, propiedad de la Generalitat y bien cultural de interés local, fue construido en las últimas décadas del siglo XVII como ampliación de la fundición de cañones, y tras 1714 se convirtió en fábrica de campanas durante un tiempo y, posteriormente en sede del Banco de Barcelona; tras la guerra civil fue dependencia militar hasta la compra por parte de la Generalitat.

REHABILITACIÓN

La directora general de Patrimonio Cultural de la Generalitat, Elsa Ibar, ha destacado que es un edificio neoclásico que se encuentra en un estado de conservación "no óptimo", y ha afirmado que el proyecto ganador del concurso deberá incorporar su rehabilitación. Ibar ha subrayado que el concurso piensa en un "uso cultural, social y educativo, no turístico" del edificio, de cuatro plantas y el objetivo es preservar el patrimonio.