La acusada por el crimen de la Guardia Urbana Rosa Peral ha asegurado este viernes durante su declaración ante el jurado que el otro acusado y examante suyo, Albert López, "se ha comportado como un psicópata" con ella.
"Pegarme no me ha pegado. Me ha insultado", ha asegurado a preguntas del abogado de López, José Luís Bravo, durante el interrogatorio a la acusada.
El abogado también ha señalado las manchas rojas que ella tenía en el cuello tras el crimen, y ha sostenido que fueron a causa de una pelea con la víctima: "No tenía marcas en el cuello. Era rojez por nervios, como tengo ahora", ha dicho Peral, que en su declaración no ha lucido el pañuelo en el cuello que ha llevado durante el resto de sesiones.
Bravo ha exhibido conversaciones entre los dos acusados para demostrar que mantenían una relación hasta después del crimen, en contra de lo que afirma Peral: que fueron amantes en el pasado y él, por celos, mató a Pedro R. y la obligó a fingir que seguía vivo amenazándola y con un "control exagerado", por lo que simuló ser amigable con él para no enfadarle.
MANTIENE QUE AMABA A LA VÍCTIMA
También ha negado que López la animara a llamar a los Mossos d'Esquadra para confesar el crimen y alegar defensa propia, tal como sostiene de la defensa de él, que asegura que Peral le pidió que no la delatara porque temía perder la custodia de sus hijas, ha declarado en el juicio en una información recogida por Europa Press.
El interrogatorio de la abogada de Peral, Olga Arderiu, se ha centrado en mostrar la buena relación que ella mantenía con la víctima, con la intención de contradecir la tesis de la Fiscalía, que sostiene que ambos acusados cometieron el asesinato como una "prueba de amor".
Las preguntas del jurado han puesto en cuestión por qué no entregó a los Mossos las pruebas de que disponía, como el móvil de la víctima con el que enviaba mensajes para fingir que seguía vivo, o porque no explicó que López había saltado la valla de su casa y mostró las huellas que dejó al hacerlo.