La restauración es uno de los sectores más castigados por la pandemia del coronavirus. Su futuro es incierto, sin fecha todavía para la reapertura de los negocios. Las recientes predicciones de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, que aplazó hasta diciembre el regreso a la normalidad ha causado un gran revuelo en el Gremi de Restauració de Barcelona. Su director general, Roger Pallarols, lamenta las palabras de la ministra y critica la escasa empatía de Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, para rescatar a los bares y restaurantes de la ciudad. Pallarols considera insuficiente el fondo de 25 millones que activará el gobierno municipal para ayudar a la “pequeña economía”. Y, sobre todo, denuncia que Colau no se haya reunido todavía con el gremio para abordar una crisis tan dura como incierta.

¿Le sorprendieron las declaraciones de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, apuntando que algunos sectores, como la restauración, recuperarían la normalidad en diciembre de 2020?

Sí. Hacemos una valoración negativa por la manera de transmitir una idea más propia de la especulación de un comentarista que de un gobernante. Sus palabras tuvieron un impacto muy negativo en un sector hundido, que lucha por la supervivencia. Sus declaraciones generaron un gran descontento y alarmismo en los bares y restaurantes. Al gobierno español se le debe exigir claridad y transparencia cuando transmita sus planes de futuro. Muchos operadores de la restauración se debaten ahora entre continuar o cerrar. Pedro Sánchez debería anunciar una modificación de los ERTE y su ministra de Trabajo deberá elegir entre una reincorporación progresiva de los trabajadores o la desaparición de la empresa si no puede asumir los costes.

¿Qué medidas pide el sector de la restauración?

Por ejemplo, una reducción de las cuotas de los alquileres. Los precios han quedado totalmente desfasados de la nueva realidad. Estamos ante una crisis de empresa y el gobierno debe proteger el tejido económico. Si no lo hace y continúa asfixiando al sector de la restauración, habrá muchas defunciones. De media, la restauración contrata al doble de trabajadores que cualquier otro sector. También pedimos la eliminación de impuestos, tasas, tributos y cánones para facilitar la supervivencia de muchos negocios y sus trabajadores.

¿Qué previsiones tenía el Gremi de Restauració de Barcelona para la reapertura gradual de bares y restaurantes?

Nuestra previsión pasaba por volver a una normalidad progresiva en junio o julio, pero una apertura con restricciones legales puede ser peor que el cierre actual. El miedo sería el peor enemigo de los restauradores. El gobierno tiene que enviar un mensaje claro sobre el regreso de los negocios. Si no lo hace, la actual crisis se agravará.

¿Hasta cuándo pueden resistir los bares y restaurantes sin actividad o con una actividad restringida?

El sector de la restauración está en una situación caótica, con respiración asistida. Recibe por dos lados. Sufre una caída brusca de los ingresos de un día para otro y debe mantener sus obligaciones ordinarias. Solo nos ofrecen un aplazamiento de los impuestos o las tasas. Cada día recibo llamadas desesperadas de bares y restaurantes que temen por su futuro. Muchas, muchas personas lo está pasando mal, llorando cada día porque no saben cómo asumir esta crisis, sin nadie que les acompañe en su sufrimiento. Necesitamos una inyección de estímulo y energía de las administraciones.

Roger Pallarols, director general del Gremi de Restauració, y Pere Chias, presidente, en una manifestación contra la subida de tasas



¿Qué espera el Gremi de Restauración del Ayuntamiento de Barcelona y del resto de las administraciones?

Medidas reales. Es necesario que entiendan la gravedad de la situación; que estamos ante una crisis de empresa, no de trabajadores; y que deben proteger el tejido productivo. No basta con aplazar impuestos y tasas. Se tienen que reducir o eliminar porque hay costes que los restauradores no podrán asumir para salvar sus negocios. El dinero, como dije hace unos días, tiene que estar en el bolsillo de los empresarios, no en las administraciones públicas. La cuarentena sanitaria va acompañada de una cuarenta económica y se tendría que decretar la supresión obligatoria de los alquileres con efecto retroactivo. Y el cobro de los alquileres, que representan un tercio de los gastos de bares y restaurantes, debe ir en sintonía con las restricciones que sufrirá el sector cuando abra sus puertas. Los restauradores pedimos un reparto de las pérdidas. El sector inmobiliario, el sector bancario y, sobre todo, las administraciones públicas, que deberían ser las primeras en dar ejemplo, también deben perder.

¿Por qué considera que el fondo de 25 millones para la pequeña economía que aportará el Ayuntamiento de Barcelona es una cortina de humo?

Porque es una patada hacia delante. Agradecemos el gesto y la aportación, pero no resuelve, ni de lejos, los problemas del comercio y de la restauración de Barcelona. De momento conocemos el título, pero no la gestión de la medida. No es la solución al problema ni la repuesta a las demandas de estos sectores. Nosotros y toda la oposición está pidiendo al Ayuntamiento que lidere las peticiones del comercio y la restauración respecto a la eliminación de impuestos, tasas, tributos y cánones. ¿Acaso no quieren que los sectores económicos de Barcelona superen esta crisis?

¿Espera nuevas medidas?

Quiero pensar que rectificarán de manera inmediata porque no han acertado con el diagnóstico y siguen sin escuchar a la restauración, a los comerciantes y a la oposición. Rescatar la economía implica la salvación de muchas familias. Si no toman medidas rápidas y efectivas, tendrán que hacerlo tarde y mal. El Ayuntamiento debe asumir una disminución drástica de los ingresos. Ha llegado el momento de endeudarse y de cambiar las prioridades presupuestarias.

Terrazas cerradas en la zona del puerto de Barcelona, durante el fin de semana / EFE



¿Qué medidas de choque para este 2020 deberían prolongarse en el tiempo?

La recuperación de los negocios será progresiva y dispar. El Ayuntamiento debería suprimir las tasas a las terrazas de 2020 y negociar las de 2021 con criterios razonables. Las tasas que se aprobaron a principios de año eran una barbaridad porque quintuplicaban el precio de las tasas de Madrid. Si no las corrigen, los empresarios buscarán destinos más amables para generar riqueza y puestos de trabajo. Pero lo más importante es que cese la política de trabas del gobierno municipal a los sectores económicos de Barcelona. Comunes y PSC juegan con fuego.

¿Por qué Colau nunca ha tenido buena sintonía con los sectores económicos de Barcelona?

Porque nunca ha sido su prioridad. Pero el pasado no cuenta, da igual. A los gobernantes se les juzgará por su papel en esta crisis sanitaria y económica, por sus acciones y sus políticas para reactivar a los sectores más necesitados. Las cosas se tienen que poner en su sitio y repensar las tasas de 2021, 2022, 2023… La recuperación será más rápida o más lenta en función de las decisiones que tome el gobierno municipal. Es imprescindible que Barcelona sea una ciudad atractiva para los inversores.

¿A Colau le falta perspectiva para gestionar la actual crisis?

Colau y su gobierno se equivocan si consideran el sector de la restauración como un adversario. En Barcelona conviven muchas Barcelonas. Somos una ciudad poliédrica y no entiendo su falta de empatía con un sector que forma parte del adn de Barcelona. No sé si Colau es víctima de un exceso de ideología o de una miopía mal graduada.

¿Cuántas veces se han reunido con Colau desde que en España se decretara el estado de alerta?

Ninguna. Me parece muy reprobable que no haya habido ninguna reunión ni contacto de Colau con el Gremi de Restauració después de cinco semanas sin actividad alguna de nuestro sectores. No entiendo su irresponsabilidad ni su liderazgo. Colau debería preguntarse qué necesitan los bares y restaurantes de Barcelona, ¿cómo puede ayudar a estos sectores tan importantes y populares de Barcelona? Con Jaume Collboni, el primer teniente de alcalde, al menos tuvimos una reunión. El resultado no fue satisfactorio, pero al menos escuchó nuestras inquietudes.

Jaume Collboni y Ada, en una reunión con repesentantes de los sectores económicos de Barcelona



Eloi Badia, el controvertido concejal de Emergencia Climática del Ayuntamiento de Barcelona, ha dicho que las restricciones a los vehículos contaminantes y al ocio nocturno de la ciudad se entienden mejor con la crisis del coronavirus. ¿Decepcionado?

Sí. Badia también debería rectificar porque sus palabras fueron muy inoportunas. Hay silencio porque la gente está recluida. Debería pensar en los 230.000 ERTE que se han activado en Barcelona y su área metropolitana. La ciudad está paralizada. ¿Éste es el modelo de los comunes y los socialistas para Barcelona? Los barceloneses queremos recuperar las terrazas y el reencuentro social con las personas más queridas. Queremos recuperar la normalidad y nos sufrir por el empleo. Las palabras de Eloi Badia son otro claro ejemplo de la desconexión del gobierno con el conjunto de la sociedad.

¿Eloi Badia antepone los principios de su partido a los intereses económicos de Barcelona?

Badia no entiende la gravedad de esta crisis ni la resignación de muchas personas. Muchos paros temporales pueden ser definitivos. Sus declaraciones fueron desafortunadas y debería rectificar.

¿Buscará el Gremi de Restauració un nuevo acercamiento con el gobierno municipal?

El sector de la restauración siempre le ha tendido la mano a Colau. Siempre hemos estado dispuestos a negociar y, recuerdo, nos mostramos abiertos a negociar una regulación de las tasas. Otra cosa es que nos impongan incrementos del 400 o el 700% en algunos casos. La colaboración entre los sectores público y privado es imprescindible para el buen funcionamiento económico de Barcelona. Si Colau no se pone a disposición de los sectores más castigados, no saldremos juntos ni fuertes de esta crisis. Ella debe liderar la recuperación. Si no lo hace, su gobierno habrá fracasado.

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