El gobierno de Ada Colau tiene previsto aplicar en junio una nueva tasa de residuos que afectará a 557.000 hogares. Desde la oposición, los partidos piden al gobierno de los comunes y el PSC que rectifique y tenga "sensibilidad" con la ciudadanía durante esta crisis sanitaria, que empieza ya a convertirse en una crisis económica.

La portavoz de Junts per Catalunya, Elsa Artadi, señalaba en las redes sociales que este impuesto es un "error porque no sirve para incentivas a reciclar y es un error porque se implementa cuando las familias están confinadas". Ciudadanos, PP y Barcelona pel Canvi se unen a la crítica de los independentistas. Solo ERC se abstiene de reclamar que no se aplique este impuesto que se empezará a cobrar en julio.

RECIBO DEL AGUA

En declaraciones a Crónica Global, JxCAT ha explicado que "evitar este tipo d incremento de la fiscalidad es prioridad número uno" para negociar con el gobierno municipal en las próximas semanas. Los independentistas recuerdan que antes de la aprobación de la tasa de residuos se habló sobre vincularla al recibo del agua. "Ahora es un buen momento para abordar su aplicación", señalan.

Desde Ciudadanos creen que se trata de un "impuestazo" que no es apropiado en las circunstancias actuales. La líder del partido naranja, Luz Guilarte, asegura que su formación defiende la "idoneidad de bajar los impuestos y no generar más trabas a los ciudadanos, así como a los comerciantes de la ciudad".

CS

Guilarte promete una dura oposición con este impuesto como ya hizo su partido para conseguir una rebaja de los impuestos en las terrazas. Este nuevo impuesto, sigue, "está mal planteada porque está ligada al consumo de agua cuando debería estar ligado a los hábitos de reciclaje en el hogar".

Desde el PP, Óscar Ramírez, recordó que ya se opuso a este impuesto cuando se anunció porque el área metropolitana tiene un tributo parecido, la tasa metropolitana de tratamiento de residuos. Los conservadores rechazan el impuesto porque abogan por reducir la presión fiscal y porque cree que, como se ha hecho con los bares y restaurantes, ahora se debe aliviar a los hogares. En este sentido, cree que la tasa "debería quedar en stand-by habida cuenta de la situación de crisis económica que sufre Barcelona".

INVIABLE

La portavoz de Barcelona pel Canvi, Eva Parera, cree que el impuesto no es justo y que la ciudad "no está preparada" para penalizar e incentivar el reciclaje. Argumenta que falta infraestructura como los contenedores digitales. Parera no ve viable aplicar un nuevo impuesto en el contexto actual. Señala que al estar más tiempo en casa la gente gasta más agua y que los trabajadores de servicios esenciales lavan sus uniformes. " La gente se ducha más. Y pretenden añadir otro impuesto al recibo", razona la concejal, que reclama más "Sensibilidad" al gobierno municipal.

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