Mémora ha cerrado este domingo el depósito funerario excepcional de Barcelona en el Tanatorio de Collserola, 53 días después de habilitarlo por la alta mortalidad debida al coronavirus y de haber acogido a más de 3.200 víctimas de la pandemia.

El último difunto ha tenido un servicio gratuito al no disponer de recursos ni familia conocida, y se le ha despedido con un homenaje floral y una veintena de profesionales de Serveis Funeraris de Barcelona.

DEPÓSITO TEMPORAL

El depósito temporal se habilitó en el aparcamiento: Mémora decidió el 25 de marzo cerrar al público el tanatorio y acondicionarlo con una inversión de más de medio millón de euros para albergar a los fallecidos con Covid-19 de Barcelona "y anticiparse así a la alta demanda" de los cementerios y crematorios.

La compañía ha valorado que esta instalación ha permitido actuar de forma "anticipada, rápida y coordinada con otros actores del sector funerario de la ciudad", y descongestionar el sistema sanitario, sociosanitario y residencial.

MÁS DE 700 A LA VEZ

El dispositivo se activó para anticiparse a la situación, viendo el colapso anterior en Madrid, ha constado de dos plantas que suman 5.000 metros cuadrados con equipos de refrigeración, y "no ha sido necesario llegar a utilizar la capacidad máxima del dispositivo en ningún momento": el número máximo de féretros albergados simultáneamente ha sido de más de 700.

El dispositivo quedará a disposición del sector funerario de Barcelona "por si fuera necesario volver a reactivar su actividad extraordinaria durante los próximos meses".

TANATORIO DE COLLSEROLA

El Tanatorio de Collserola, como el resto de instalaciones de Mémora en España, está listo para reactivar su actividad habitual desde este lunes, garantizando la máxima de familias y trabajadores y cumpliendo los requerimientos del Ministerio de Sanidad.

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