Niño con síndrome del emperador

Niño con síndrome del emperador

El pulso de la ciudad

El síndrome del emperador

Durante la reclusión se han acentuado los problemas en casa

17 junio, 2020 17:52

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Llantos, chantaje emocional, gritos, amenazas, conductas agresivas, violencia física y verbal en casa… ¡Niños que sienten que tienen un poder en su hogar y padres que son súbditos de su emperador!

Estos días de confinamiento nos hemos encontrado que estas problemáticas en casa se han acentuado. Hemos pasado mucho más tiempo con nuestra familia y las conductas problemáticas y malas dinámicas se han puesto sobre la mesa.

En este síndrome, también conocido como el del niño rey, nuestro hijo se vuelve tirano, sometiendo a los padres a su voluntad para conseguir lo que quiere. A su vez, a los padres les invaden sentimientos de frustración e incapacidad de lidiar con el comportamiento y las demandas. Muchas veces, sobrepasados por el día a día, evitamos discusiones y conflictos (si mi hijo no quiere comer espárragos tampoco es tan importante, puede comer el postre directamente). Proporcionamos a los niños un poder que no pueden tener, y esta igualdad de roles entre padres e hijos nos acaba pasando factura. Y acabamos con unos padres rendidos que van perdiendo el control de su hogar.

¿Cómo podemos evitarlo?

  • Establecer límites muy claros, normas que todos los de la casa conozcamos con objetivos alcanzables.
  • Evitar las triangulaciones: si en casa sois dos adultos, es importante que todos reméis hacia el mismo sitio. Ambos debéis acordar un objetivo y manera de proceder igual.
  • Fomentar el desarrollo de habilidades sociales: la empatía, la tolerancia a la frustración. El desarrollo de la inteligencia emocional juega un papel muy importante en la aparición de estas conductas.
  • Si las conductas son muy frecuentes, intensas y se nos escapan de las manos debemos consultar con un especialista.

Muchas veces los padres somos recelosos y nos sentimos mal al marcar las reglas del juego. No es fácil, pero debemos tener en cuenta que los límites, normas y autoridad son una expresión de amor de los padres hacia los hijos. Los niños necesitan límites para crecer y muchas veces con estas conductas nos los están pidiendo a “gritos”, nos explican desde la Clínica Memociono. “Muchos padres nos consultan porque se encuentran en estas dinámicas familiares difíciles de romper, con sentimientos de frustración y sentimientos de incapacidad, no pudiendo con las conductas tiranas de sus retoños. El mero hecho de ser hijos no nos da derecho a todo”, comenta Laura Almà.