La Audiencia de Barcelona ha condenado a un año y nueve meses de prisión a un joven por un delito de desórdenes públicos y resistencia a los agentes de la autoridad durante los altercados del pasado 30 de enero de 2018 en el parque de la Ciutadella, cuando se iba a debatir en el pleno la investidura del expresidente Carles Puigdemont, un hecho que nunca llegó a celebrarse.

En la sentencia, la Sección 21 considera probado que el acusado, que llevaba puesto un casco integral, un buf y protecciones en todo el cuerpo, golpeaba fuertemente un candado de una puerta del parque con un martillo de albañilería "con la intención de romperlo y abrir la puerta para que entrase un grupo de personas que esperaban en el exterior".

EL ACUSADO PUDO SER REDUCIDO

Ante el ruido, agentes de los Mossos d'Esquadra le pidieron que cesara la actividad, algo que no hizo y además "empujó con fuerza en el pecho" a uno de los agentes y le dio una patada con el pie.

Tras ello intentó huir pero fue alcanzado por otro agente, cayó al suelo y fue reducido tras un breve forcejeo, y según la sentencia, las cadenas y el candado no tuvieron desperfectos, el agente no quedó lesionado y el detenido sufrió una lesión consistente en una rodilla.

LA SENTENCIA AÚN NO ES FIRME

Con todo, el fallo indica que se condena a un año y seis meses de prisión por desórdenes públicos y a tres meses por la resistencia a los agentes de la autoridad, y la sentencia no es firme y contra ella se puede interponer un recurso de apelación.

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