Máxima preocupación entre las autoridades sanitarias y las fuerzas de seguridad que operan en Barcelona, en este caso, especialmente, la Guardia Urbana, por el alto número de concentración de ciudadanos que hacen botellones en las calles de la ciudad condal.
En la capital catalana, estos días de verano es habitual presenciar reuniones de este perfil por la noche en zonas como las playas, en algunos barrios del distrito de Ciutat de Vella, como el Born, o en algunas plazas de Gràcia, como la del Sol.
SIN MASCARILLA
Y, normalmente, en la mayoría de casos, la mascarilla o la distancia de seguridad de un par de metros entre cada persona brilla por su ausencia mientras estos grupos de jóvenes se sientan alrededor de botellas de alcohol en las calurosas noches del verano barcelonés.
Una imprudencia como ésta puede comportar, en una época como la actual, que algunos de ellos contagie a algún amigo o al inrevés, que el amigo le contagie el virus a esa misma persona. En definitiva, si no se va con cuidado, estas prácticas pueden resultar un foco de contagio de Covid-19 en la ciudad.
EL IMPACTO DE UN BOTELLÓN
Bolsas de plástico, vasos, botellas y daños en algunos edificios y jardines son las formas más evidentes de impacto visual en ciudades como Barcelona de esta práctica que, aunque muy extendida como forma de relación social entre los jóvenes, en España es ilegal.
Pero, además, hay otros hechos negativos subyacentes de organizar un botellón, como por ejemplo, el impacto acústico que provoca en los vecinos o la pérdida de dinero que supone que un grupo de jóvenes esté bebiendo en la calle y no en un lugar habilitado para ello (bares o restaurantes, especialmente).
DESALOJO O MULTA
La Guardia Urbana de Barcelona ha reconocido este jueves el haber multado a 190 personas esta semana por hacer botellón en varios puntos de las playas de la ciudad, en algunos casos en grupos de hasta 100 personas.
El jefe del cuerpo, Pedro Velázquez, ha admitido que hay “unos 15 espacios” donde encuentran habitualmente a gente consumiendo alcohol de noche. Son grupos de entre 25 y 50 personas, y en las playas "a veces un poco más de gente", llegando hasta las 100 personas.
"La primera actuación es desalojar. Si hay colaboración, no se denuncia siempre que veamos una garantía de que se van", ha detallado sobre la intervención policial en estos casos. Velázquez ha pedido "responsabilidad en este sentido. Solo con la denuncia no se puede conseguir erradicar estas conductas", y ha advertido de que hacer botellón también contraviene las medidas sanitarias de contención del coronavirus.