El restaurante Mordisco ha tenido que cerrar. La Guardia Urbana se ha presentado este sábado por la tarde en el establecimiento del Eixample y ha ordenado su clausura. Como el resto de negocios, solo podrá ofrecer comida para llevar, pero no podrá atender en las mesas del local.
Los agentes de la policía local, además, han sancionado a la propietaria, Rosa Maria Esteva, que se había negado a cerrar el negocio a pesar de la orden decretada por la Generalitat. Desde el pasado jueves por la noche, bares y restaurantes no pueden funcionar durante dos semanas para reducir la propagación del coronavirus.
MÁQUNA QUE LIMPIA EL AIRE
Esteva dice que ha invertido en una máquina que limpia el aire y que su local ofrece más garantías que el transporte público o cualquier casa para evitar el contagio. La citada máquina la compró a principios de la pandemia y le costó 34.000 euros. Según ha explicado en una entrevista en Rac 1, el aparato elimina el 99% de las partículas.
La propietaria del establecimiento ha acatado el cierre, pero más de 100 personas tendrán que ir a la calle, ha dicho a la cadena Betevé. Esteva era la antigua fundadora del grupo de restaurantes Tragaluz. Ahora, uno de los locales se encuentra en concurso de acreedores.