Esther Maldonado murió el pasado 21 de marzo a los 47 años tan solo 24 horas después de ingresar en el Hospital Sant Pau de Barcelona. Los médicos le diagnosticaron una enfermedad inflamatoria pélvica grave que le provocó un choque séptico, un fallo multiorgánico. Hacía semanas que la mujer se quejaba de un fuerte dolor en el abdomen. Eran los primeros días de la pandemia y el centro de salud, que no le daba visita, la derivaba al 061. Su hermana, Montse Maldonado y la hija de ésta, Alba Arcas, denuncian una supuesta negligencia del sistema de salud que no supo detectar la gran infección de la mujer. "Mi hermana podría haberse salvado", asegura Montse.

Esther vivía en el Eixample, en el cruce entre las calles València y Castillejos. Era administrativa y cuidaba de su madre, enferma de alzhéimer. Su familia detectó en febrero que algo no iba bien. Fue entonces cuando los dolores que ya sufría desde septiembre y noviembre se agudizaron. El 13 de marzo se hace una analítica en el CAP Maragall.  Los dolores persisten y las piernas le empiezan a fallar. El día 16 (dos días después de proclamarse el estado de alarma) vuelve a llamar al centro de salud, pero le vuelven a negar la visita.

POSIBLE INFECCIÓN DE ORINA

 Al día siguiente, el 17 de marzo, no aguanta más y un amigo la lleva al CAP en coche. Ella no puede andar. Allí le vuelven a hacer una analítica y ella les traslada a los médicos que revisen si ya tienen los resultados del día 13. Esos resultados nunca aparecieron. Su hermana critica que esa analítica se extravía. Son cuatro días claves, asegura la familia, que podrían haber servido para detectar la grave infección que padecía. En el centro de salud le recetan un antibiótico y le dicen que tal vez tenga infección de orina, una afección que había padecido en varias ocasiones.

Al final del día se encuentra mejor, no tiene fiebre y vuelve a orinar con normalidad. El 18, sin embargo, vuelve a encontrarse muy mal. Lleva una muestra de orina al CAP, cuyos resultados estarían listos el 25. No le hacen ninguna prueba médica. El 19 vuelve a hablar con los médicos. No tiene fiebre, pero sí mucho dolor. No se aguanta de pie. El 20 de marzo ingresa de urgencias en el Hospital Dos de Mayo y muere al día siguiente en el Sant Pau.

 

De izquierda a derecha: Alba, Esther y Montse / METRÓPOLI ABIERTA



Esther era una amante de la naturaleza, de las rutas y las caminadas por el bosque en compañía de sus amigos. Leía mucho y anhelaba viajar por el mundo. "Era muy observadora y servicial. Siempre escogía con cuidado las palabras antes de decir algo", recuerda Montse. Introvertida de carácter, su hermana destaca su fidelidad con las amistades que tejió a lo largo de su vida.

SORPRESA EN SANT PAU

"Queremos que nos digan por qué y de qué se ha muerto nuestra tía", exclama Alba. La familia relata que los médicos del Sant Pau que la atendieron se mostraron muy sorprendidos por el estadio de la infección de Esther. "Nunca habían visto una infección tan grande y que destrozara los tejidos de esa manera", explica la sobrina de la fallecida. 

Fue en el Hospital Dos de Mayo cuando le detectaron un líquido extraño y la derivaron al Sant Pau. Horas antes, Esther chillaba de dolor en su casa tras notar que algo se ha roto en su interior. La familia está convencida de que la larga espera en el centro sanitario antes de ser atendida también influyó en el fatal desenlace.

LARGAS DEL CAP

A las 13 horas la derivan del primer hospital al segundo por un dolor abdominal. El diagnóstico médico: "probable causa ginecológica e insuficiencia renal". Hasta las 16.23 no llega al Sant Pau, pero no es admitida en urgencias ginecológicas hasta las 19 horas. Un día antes de morir le encuentran una infección interna llena de pus. En el quirófano los médicos se vuelcan en limpiar la infección, sacan lo que pueden, pero ya es demasiado tarde. Esther fallece el 21 de marzo sobre las cinco de la tarde.

La familia Maldonado reprocha las "largas" que Esther recibió del CAP Maragall cuando llamó en numerosas ocasiones. "En el Sant Pau nos dijeron que la gente no se muere de esto. Que tenía una infección de caballo", señala Montse. La hermana denuncia que la visita del 17 de marzo, cuando la mandan a casa con la receta de un antibiótico, no figura en el historial clínico, un registro de apenas unas páginas que, según la familia, no refleja verdaderamente el historial médico de Esther. Además, aseguran que solo recibieron el documento después de poner una reclamación al centro de salud.

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