Después de tres años de calvario, Lourdes Veiga ha recibido por fin una buena noticia: los okupas que vivían en su piso se han ido. Corria el año 2017 cuando una intrusa allanó su propiedad en Badalona y decidió instalarse ahí. Este mes de diciembre, la asaltante ha decidido abandonar el lugar. Aunque no sin antes vaciarlo por completo y destrozar lo que quedaba en él.
Tal y como ha avanzado Crónica Global, la mujer ha conseguido recuperar su piso por una carambola del destino. Y es que su okupa ha dejado el apartamento tras conseguir una vivienda social. Aun así, se resistía a devolver las llaves. “Mi okupa quería irse al conseguir un piso social en Badalona. Pero no entregaba las llaves, así que con mi abogado nos disponíamos a iniciar otro proceso judicial para recuperarlas. Al final las conseguí el jueves, 17 de diciembre”, explica. Ese día, la mujer entregó las llaves a su abogado y este al de la dueña.
Veiga volvió de inmediato a su casa. Avisó previamente a los vecinos, por medio a lo que pudiese encontrar. El panorama, desolador. “Han destrozado mi piso antes de irse. Lo han hecho polvo. Estamos hablando de miles de euros en reparaciones, limpieza y muebles nuevos”, lamenta. “Se han llevado mis muebles en camiones. Ahora me enfrento a la posibilidad de otro largo calvario judicial para recuperarlos. No sé si vale la pena”.
Tras echar una ojeada a la estancia, la propietaria descubrió horrorizada los desperfectos. “Tengo agujeros en las paredes del salón y el baño. Hay basura por todas partes. La comida de la nevera está podrida. Los sofás están agujereados de apagar colillas. Están los cables de la fibra óptica tirados por la terraza”, detalla al mismo medio. Defraudada también con las leyes y el sistema judicial, Veiga se siente profundamente desamparada. “La Justicia me ha fallado”, denuncia. Ahora tiene por delante la reparación. Pero lo peor ya ha pasado.