Esta es la imagen que presentaba la Casa Buenos Aires de Vallvidrera cuando fue desalojada este octubre. Estaba okupada desde marzo del 2019, y los intrusos dejaron destrozado el interior del palacete, según un vídeo publicado por la propiedad.
POLÉMICA
Sin embargo, antes de ser desalojada fue motivo de polémica a raíz de unas declaraciones de la teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz. Unos meses antes de su desalojo, la número dos de Colau se posicionó favorablemente a la okupación de la finca, que los okupas reclamaban como equipamiento de barrio. Durante una rueda de prensa, pidió a los padres Paúles, quienes vendieron el inmueble al fondo inversor London Private Company para su reconversión en un hotel —que implicaría derribar el edificio—, retirar las demandas interpuestas para que se detuviera el desalojo de los vecinos que la okupaban.
INVESTIGADA POR PRESUNTA PREVARICACIÓN
Ahora el viejo caserón se encuentra inmerso en un proceso de expropiación por parte del municipio para convertirlo en un equipamiento, pero un juez investiga a la teniente de alcalde por denegarles a sus propietarios las licencias que les permitirían construir el hotel. El fondo inversor interpuso una demanda a Janet Sanz por ese motivo, y la causa ha recalado en el juzgado de Instrucción número 12 de Barcelona, que no solo ha admitido a trámite la denuncia, sino que la ha citado a declarar como investigada. Lo avanzó recientemente La Vanguardia, precisando que la concejal deberá comparecer en condición de sospechosa por un delito de prevaricación el 15 de marzo.
Tras adquirir la finca, los nuevos propietarios reclamaron al Ayuntamiento dos licencias: una de derribo y obras mayores y otra de hotel. El edificio no estaba catalogado, pese a ser una antigua casa modernista, y cumplía con todos los requisitos imprescindibles que establece el Plan Especial Urbanístico de Alojamientos Turísticos (PEUAT) para poder construir un hotel. Aún así nunca recibieron respuesta.