A las 14.30 horas, cerca de la mitad de los electores llamados a las urnas en la escuela Orlandai habían ejercido su derecho a voto. Antes de comer, más de 1.400 de las 3.362 vecinos registrados se habían acercado hasta este centro educativo del barrio de Sarrià. Aunque durante la mañana la votación ha transcurrido con normalidad, el inicio de la jornada electoral ha sido un tanto caótico, una queja que denunciaban desde las seis mesas electorales dispuestas en el gimnasio.
"No nos han explicado nada. No hay entradas y salidas diferentes como habían dicho"; se quejaba el vocal Jordi Marfà. "La organización ha sido muy mala. Hemos llegado a las 08.00 horas como nos dijeron y no hemos entrado hasta las 08.30", señalaba Enric Carreras (45 años), otro vocal.
GENTE MAYOR ESPERANDO
Las mesas se han constitutido media hora más tarde, un retraso que ha tenido impacto, sobretodo, en las personas mayores, que han sido las primeras en votar por recomendación de la Generalitat. "Me ha sabido mal por la gente mayor. Antes de abrir las puertas les hemos dejado pasar para que espararan dentro al resguardo de la lluvia", comenta Carreras.
A pesar de contar con un gran patio, en la escuela Orlandai han optado por montar las urnas y las mesas en el gimnasio interior, eso sí, con las ventanas abiertas en todo momento. El frío entre algunos presidentes y vocales es evidente y las pequeñas estufas apenas sirven para combatir la baja temperatura del lugar. Peor lo tienen en el colegio Sagrat Cor de Sarrià, donde las cuatro mesas electorales –cuatro carpas montadas en el exterior– se encuentran a la intemperie.
CARRILES DE ENTRADA Y DE SALIDA
"Al menos nos han dejado este radiador", se consuela una vocal desde una mesa. En este colegio electoral, el inicio de la jornada se ha desarrollado sin ningún incidente y a las 09.00 horas los primeros votantes ya empezaban a subir la rampa, dividida por dos carriles con una cinta que indican la de entrada y salida.
Con un censo de 17.212 electores, el partido más votado en las pasadas elecciones catalanas de 2017 fue Junts per Catalunya (4.758 papeletas), seguido de Ciudadanos (3.894 papeletas) y ERC (2.086).
Tras dejar su papeleta en la urna, Anna Alós agradecía el trabajo del presidente y los vocales de la mesa electoral. "Muchas gracias por este servicio, especialmente en este año tan pesado y angustioso. ¡Ánimos!", les decía. Esta mujer quita hierro al contexto atípico de la pandemia. "Votar no es heroico. Todos tenemos que votar. Nos hemos tenido que adaptar a esta situación", opinaba.