La violencia callejera desatada durante los últimos seis días consecutivos constituye un "fenómeno nuevo" que "rompe los esquemas de análisis tradicionales" que efectúan los Mossos d'Esquadra, según ha explicado este lunes su director, Pere Ferrer.

Grupos de violentos y delincuentes se mezclan estos días con los manifestantes que piden la libertad del rapero Pablo Hasél para crear el caos en la ciudad con saqueos y destrozos en decenas de comercios y sedes bancarias. Son "situaciones nuevas y complejas porque los convocantes son una cosa y lo que nos encontramos es muy diferente o mucho más complejo de analizar", explicaba esta mañana Ferrer en Catalunya Ràdio.

165 ANTECEDENTES

Hay participantes de la protesta que en el desarrollo de las marchas se unen a la violencia, pero hay otros grupos desvinculados que usan el pretexto de la manifestación para generar disturbios. De los 75 detenidos estos días, 26 tenían antecedentes por desórdenes públicos, hurtos y robos. Todos acumulaban 165 antecedentes.

Ferrer ha reconocido errores en la polémica carga policial del sábado en la calle de Gran de Gràcia cuando centenares de jóvenes, algunos violentos, se vieron rodeados por los antidisturbios. "Hay margen de mejora y quizás también errores de comunicación", ha dicho el responsable de los Mossos, aunque ha asegurado que todas esas personas lanzaban objetos contra los agentes y quemaban contenedores.

IMÁGENES 'DURAS'

El director de la policía catalana pide que el cuerpo no esté en el foco como si fuera un problema.  Ha explicado que la Brigada Móvil (BRIMO) expulsó a los manifestantes del paseo de Gràcia, donde se produjeron saqueos, hacia la calle Gran de Gràcia. Allí continuaron los lanzamientos contra la policía. Sobre los golpes de porra indiscriminados de la policía ha admitido que las imágenes "son duras y no nos gustan, porque seguramente se podría haber hecho mejor".

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