Una obra desaparecida de Salvador Dalí, Madona cósmica, que ha sido redescubierta por un experto de arte en Estados Unidos tras permanecer colgada en el salón de una residencia privada durante medio siglo, ha salido a la venta y se espera que supere los 55 millones de euros.
"Creo que sería bastante raro que se vendiera por menos de 65 millones de dólares (55 millones de euros)", comenta a Efe Bernard Ewell, el experto con el que contactaron los herederos de la excepcional pieza, un colorido óleo pintado en 1958 de más de 1,5 metros de alto y 90 centímetros de ancho.
"Me quedé conmocionado al encontrar una obra maestra de belleza deslumbrante y enorme impacto", dice Ewell acerca del momento en el que vio la pintura.
DESAPARECIDA DURANTE 50 AÑOS
Ewell ha publicado extensa documentación sobre la autenticidad de la pieza, que no ha sido expuesta públicamente desde 1965, entre ellas varias fotografías en las que Dalí posa junto a la obra, y señala que, además, forma parte del catálogo de pinturas compilado por la Fundación Gala-Salvador Dalí.
"No puede haber ninguna duda sobre la autenticidad de la pieza", afirma Ewell, quien agrega que está considerado como "el experto" en Dalí desde 1980, tras haber tasado más de 57.000 litografías del artista español.
PARADERO DESCONOCIDO
Antes de que el cuadro saliera de nuevo a la luz, los detalles de la pieza eran todo un misterio porque sólo se tenían fotos en blanco y negro, pero se desconocía tanto sus dimensiones como su propietario y su paradero.
Dalí habría estado pensando en la producción de esta pieza durante al menos un año, lo que, junto a su gran tamaño, hace que se considere como una "obra maestra", según el ahora difunto Albert Reynolds Morse, el principal coleccionista del Museo de Salvador Dalí de St Petersburg, en el estado de Florida (EE.UU).
VENTA DE LA OBRA
Aunque Ewell, que ha contado con el apoyo del coleccionista y experto en Dalí Enrique Zepeda, ha hecho pública la salida al mercado de esta importante pieza, el Madona cósmica está disponible por el momento a través de una venta privada y no de una subasta.
Los actuales propietarios quieren permanecer en el anonimato, como suele suceder con obras de gran valor.