La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau / EFE

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau / EFE

El pulso de la ciudad

La oposición reprocha a Colau que se vaya de Twitter tras la denuncia por corrupción

Sus críticos afirman que es egocéntrica, que no admite críticas de contenido y que tiene “desconexión con la realidad”

18 abril, 2021 00:00

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Las redes sociales y la oposición han encontrado en la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, un filón. El hecho de que la primera edil se decidiese a abandonar la red social Twitter aduciendo que en ella hay “demasiado ruido” y porque “los últimos años es sabido por todos que la red se ha llenado de perfiles falsos y anónimos que incitan al odio, muchos de ellos incluso comprados con dinero (bots) por la extrema derecha”. Y el punto de hacerlo para ser “mejor persona” y constatar que tras unos días sin utilizar la red del pajarito tiene “más confianza en la humanidad” ha acabado de desatar el delirio entre sus críticos.

“Es una contradicción absoluta. Colau es una egocéntrica. No soporta que la critiquen. Y, sobre todo, no soporta que la crítica sea por el contenido de lo que dice o hace”, explica a Metrópoli Abierta una fuente de Junts per Catalunya (JxCat). Contrasta esta contundente afirmación con la excusa de la propia Colau en su carta de despedida de Twitter: “A mí que me critiquen, me pregunten o me discutan no solo no me molesta, sino que lo acepto y me gusta. La política es diálogo y debate, y gracias al intercambio de informaciones y opiniones podemos mejorar”. El párrafo es textual, gramaticalmente hablando.

“HA PERDIDO CONTACTO CON LA REALIDAD”

En la oposición no se lo acaban de creer. Así, no menos críticos se muestran desde ERC. “Hay que tener en cuenta un dato: hasta hace un año, se celebraban encuentros periódicos en el Saló de Cent del Ayuntamiento, en aquellos actos conocidos como los de la alcaldesa respon. Pues bien, ahora ya no se hacen. Ha habido una pérdida de contacto con la realidad. Ha habido una desconexión de Colau en esta segunda legislatura”, explica a este diario una fuente de ERC.

La alcaldesa habla en su carta de despedida de que “se ha generado otro fenómeno que yo llamo ‘la tiranía de la presencia permanente’: parece que hay que opinar de todo, todo el rato. Si de repente no haces un tuit de un tema polémico, sale alguien a decir que estás muy callada, que por qué será, que es una vergüenza que no hayas dicho nada sobre esto o aquello…”.

Ada Colau deja Twitter temporalmente / REDES SOCIALES

Ada Colau deja Twitter temporalmente / REDES SOCIALES



Ada Colau deja Twitter temporalmente / REDES SOCIALES

Desde la oposición cargan contra esas manifestaciones, ya que consideran que era ella la que siempre ha querido ser el foco de atención en todos los temas. No olvidan, por ejemplo, el síndrome de Zelig con el que se apropiaba de los debates de actualidad para relatar sus experiencias personales: el día del aniversario de la ejecución de Puig Antich, declaró que inmediatamente después nació ella; el día de la reivindicación LGTBI, se declaró bisexual; el día que saltó el escándalo de los másteres falsos en la Universidad Rey Juan Carlos I, ella aseguró que también se lo habían ofrecido en una Universidad catalana; el día en que su compañero Xavier Domènech dimitió como líder de los comunes en el Parlament, dijo que ella también lo había rumiado varias veces en el último año; el día que subieron los alquileres, dijo que también era una afectada porque se lo acababan de subir 300 euros; con motivo del juicio a La Manada, desveló que a ella también la habían acosado sexualmente siendo ya alcaldesa…

LA COINCIDENCIA DE LA DENUNCIA

“¡Pero si nunca ha dejado de aprovechar cualquier resquicio para apropiarse de la actualidad y sacar cabeza en la prensa!”, dice un concejal de la oposición a Metrópoli Abierta. Además, reseña esta fuente que ha sido muy difícil tratar con ella, ya que no atiende a razones. “Eso es una cuestión de forma de ser, porque los comunes pasan todo por el tamiz ideológico y no puedes sentarte a dialogar atendiendo a razonamientos normales. Todo se hace en unción de tics ideológicos y de consignas políticas”.

Desde JxCat, no obstante, hacen un paralelismo con la actualidad. “No es casualidad que anuncie su retirada de Twitter precisamente la semana en la que se anuncian acciones legales contra su gestión y la de varios altos cargos del Ayuntamiento muy cercanos a ella”, subrayan desde la oposición. Se refiere esta fuente al hecho de la denuncia aceptada por Fiscalía contra Colau y varios estrechos colaboradores acerca de las cuantiosas subvenciones otorgadas desde el año 2015 a la plataforma Observatori DESC (de donde proviene Colau y parte del equipo directivo del Ayuntamiento) y a otras entidades que están alojadas en su sede.

Sede del Observatorio Desc en la calle de Casp / CRÓNICA GLOBAL

Sede del Observatorio Desc en la calle de Casp / CRÓNICA GLOBAL



Sede del Observatorio Desc en la calle de Casp / CRÓNICA GLOBAL 

“En Twitter, por esa razón, el tema alcanza mucha altura, ya que es una red muy ágil. Si no está en el debate, el suflé no subirá tanto. Le queda ahora Instagram, pero cuando vea los comentarios que también le pueden hacer en esa red, a ver cómo reacciona”, añade la fuente citada. Los republicanos vaticinan también que “si se concentra más en Instagram, habrá un trasvase de haters a esa red, porque no la dejarán en paz. Pero es un asunto suyo si prefiere ahora usar Instagram, que es más audiovisual y con la que puede llegar a un público quizá más joven. Es, podemos decirlo así, una red más amable, pero habrá que esperar a ver si allí también la van a perseguir”.

COLAU YA VIGILA LAS REDES

Por las redes, sin embargo, ya han comenzado a sacarle los colores. “No le hace falta una cuenta B. Estará bien informada a través de la empresa que le gestiona la red”, alertaba un activo usuario de Twitter tras conocer el anuncio. No es de extrañar: “Ada Colau, Atila Colau, eso de vigilar las redes ya lo hace. El contrato se llama ‘Suministro de la licencia de la plataforma Social Elephants de gestión y escucha de redes sociales”, desvelaba otro internauta. Se trata de un contrato formalizado el pasado 5 de octubre por el que durante dos años la empresa Social Elephants SL vigilará el contenido de las redes sociales, labor que le costará a las arcas municipales un total de 36.227,40 euros. Este contrato puede ser prorrogado dos años más, por lo que el precio se doblaría también.

Según este contrato, al que ha tenido acceso Metrópoli Abierta, esta empresa se encarga de las “publicaciones, interacciones y sentimientos que genera el contenido elaborado por el Ayuntamiento entre la ciudadanía que lo sigue en las redes”. Además de encargarse del benchmark (estudio comparativo) y de ser una “escucha activa de las publicaciones que hace la ciudadanía relacionadas con canales municipales, campañas del Ayuntamiento o temáticas de actualidad de interés municipal”, ha de recoger “datos cuantitativos y cualitativos sobre las publicaciones referidas a una campaña municipal, en concreto en Twitter, mediante la escucha efectiva del hashtag”. Su cometido será crear informes para mostrar y comparar entre diversos canales y dar una respuesta rápida a cualquier situación dependiendo de los mensajes de la ciudadanía. El contrato fue adjudicado de manera directa y sin publicidad.

En un informe interno municipal se explica que el objetivo es vigilar el impacto de los contenidos que se producen en las más de 200 redes sociales existentes, con lo que el Ayuntamiento puede medir el impacto de sus iniciativas y “modificar o completar la estrategia ya implementada y ponerla en práctica en las siguientes campañas”. Además, se apela a Social Elephants porque “es la plataforma de gestión y escucha de redes sociales especializada en ofrecer dashboards de supervisión y dirección de redes sociales”. Ello le permite disponer de funciones exclusivas en el control de las redes sociales que otras plataformas no tienen y que “son únicas en el mercado”, como el “análisis de tráfico web en las páginas de los competidores y análisis del contenido de los competidores”. Es decir, lo que ha contratado es una auténtica fiscalizadora de las críticas ciudadanas.