Varapalo de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social de Cataluña al Ayuntamiento de Barcelona. El consorcio, que depende del Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, ha inspeccionado el centro de emergencias de Barcelona en el que trabajan profesionales de la Guardia Urbana, Mossos d'Esquadra y del Sistema de Emergencias Médicas (SEM). El informe, al que ha tenido acceso Metrópoli, insta al consistorio a introducir importantes mejoras en el centro de trabajo. En distintas ocasiones, sindicatos policiales y de bomberos han denunciado los numerosos casos de cáncer entre los empleados públicos del edificio. El Ayuntamiento siempre ha negado cualquier relación.
La sala conjunta de mando se encuentra en un sótano sin casi ventilación, de la calle de Lleida 28. En el espacio se reciben todos los avisos de emergencias de la ciudad y trabajan empleados los 365 días al año en cinco turnos, siendo el mayoritario el turno de mañana con unas 18 o 19 personas. La Inspección de Trabajo ha actuado a raíz de una denuncia de la Centra Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) y ha requerido al consistorio subsanar las deficiencias detectadas en la instalación del aire y garantizar que "los valores de temperatura y humedad se encuentren dentro del rango legalmente establecido".
INSPECCIÓN EL PASADO 17 DE MARZO
La Inspección de Trabajo se personó en el edificio municipal el pasado 17 de marzo y la resolución ha sido emitida el 4 de mayo. Los inspectores reclaman, además, al Ayuntamiento que garantice "el adecuado estado de los equipos de trabajo y especialmente de las pantallas (PVD) y radios", el "buen mantenimiento de la instalación de fontanería y desagües para evitar colapsos" y "evalúe el nivel de ruido y planifique medidas preventivas". Advierte, asimismo, de "riesgos psicosociales" y exige establecer pausas por el uso de las pantallas. El Ayuntamiento tiene entre dos y tres meses para subsanar las anomalías.
Según el secretario de Organización de CSIF y agente de la Guardia Urbana, Eugenio Zambrano, los requerimientos de la Inspección de Trabajo -que ya había inspeccionado con anterioridad el equipamiento- son contra el Ayuntamiento de Barcelona -así figura en el informe- "y en extensión contra la Generalitat", precisa el representante sindical. Las quejas de CSIF sobre el centro de trabajo versaban sobre las elevadas temperaturas y los niveles de humedad en el edificio, llegando en alguna ocasión al 19%. El sindicato también critica la falta de ventilación natural y la existencia de bocas de aire que arrastran polvo.
CAÑERÍAS REVENTADAS Y GAS RADÓN
CSIF también denuncia que hay equipos de trabajo que están muy deteriorados, entre ellos pantallas, teclados, sillas y radios portátiles. La central sindical cuestiona el exceso de ruido que generan los aparatos de radio, porque emiten avisos constantes, y alerta que los empleados públicos en muchos casos no pueden hacer uso de auriculares porque no funcionan. El mal estado de las instalaciones llega a las tuberías. Según CSIF, alguna vez, cuando ha llovido, las cañerías han reventado y el espacio se ha inundado de aguas sucias. CSIF también denuncia la posible presencia de gas radón, lo que inquieta a la plantilla. Los sindicatos lo relacionan con los casos de cáncer detectados entre los empleados, que a finales de 2017 eran 26.
A lo largo de los últimos años, los sindicatos han reclamado un cambio de ubicación del centro de emergencias por el mal estado de las instalaciones sin que por el momento Ayuntamiento de Barcelona y Generalitat hayan sido capaces de encontrar otro emplazamiento. Uno de los lugares que se planteó a finales de 2017 fue el Palau d'Esports, que lleva años cerrado, aunque finalmente se descartó. Otros lugares que se estudiaron fuero un solar en Diagonal con Glòries, el viejo edificio de los juzgados que se derribó en el paseo de Lluís Companys y un inmueble municipal junto a la hípica de Montjuïc, explicó a este medio a finales de 2017 el secretario general del sindicato SAPOL Manel Garcia.