El Ayuntamiento de Barcelona quiere acabar con las actividades deportivas no regladas que desde el final del confinamiento han empezado a realizarse en las playas y los parques de la ciudad. Entre ellas están las clases dirigidas al aire libre, que desde hace meses se practican en La Barceloneta. Así lo ha explicado David Escudé, concejal de Esports, en una entrevista en betevé.
El regidor del PSC ha defendido que es necesario "poner orden" porque se ha producido una "privatización del espacio público" con este tipo de actividades deportivas, por lo que la alcaldía ha empezado a trabajar para poner freno a este fenómeno.
Escudé ha señalado que se trata de gimnasios ilegales con monitores particulares que no ofrecen un seguro, de los que no se conoce la formación y de los que tampoco se sabe "si están al corriente de sus obligaciones fiscales". Algo que, además, estaría perjudicando seriamente a los gimnasios profesionales "que lo hacen bien". Sin ir más lejos, los gimnasios municipales de Barcelona han perdido un 40% de usuarios desde el inicio de la pandemia.
ESTABLECER FRANJAS HORARIAS
Por otro lado, Escudé ha señalado la necesidad de "hacer compatible la toalla con la práctica deportiva". Esto es, limitar la práctica deportiva en las playas en favor de los bañistas. De hecho, actualmente ya se han limitado estas actividades a las zonas habilitadas de tan solo cuatro playas: Sant Miquel, Somorrostro, Nova Icària y Bogatell.
Ahora, el Ayuntamiento quiere ir un paso más allá y establecer franjas horarias para hacer deporte en la playa en temporada alta. Algo que no ocurrirá durante el resto del año, cuando en los meses en los que bajen las temperaturas no haya bañistas.