Que Barcelona es una de las ciudades más caras es sabido. Pero su mantenimiento también está a la altura del nivel de carestía: mantener el alumbrado público de la ciudad costará a los barceloneses más de 56 millones de euros durante los dos próximos años. Ello supone que cada año la Administración local ha de destinar 28 millones de euros a cuidar que haya luz en las calles de la ciudad. El contrato podría prorrogarse por otros dos años, por lo que su monto se elevaría hasta más de 112 millones de euros hasta el 2026.
Barcelona cuenta con más de 146.000 puntos de luz viaria y artística. La potencia instalada es de unos 176.000 kW y el consumo anual es de unos 82.000 megavatios hora por año, es decir, unos 54 kW/h por habitante, según las cifras del propio consistorio. Aunque podría parecer una exageración, en realidad esta cifra es sólo el 20% del consumo total de energía eléctrica del Ayuntamiento de Barcelona.
CONTROLADA POR CONTROL REMOTO
En la actualidad, más de la mitad de la potencia contratada está controlada por control remoto y los niveles lumínicos de la ciudad se sitúan alrededor de 20 o 30 lux. Las recomendaciones internacionales, así como el Comité Español de la Iluminación (CEI) establecen un abanico de luminosidad que van de los 5 a los 30 lux para asegurar la visibilidad.
La luz de Barcelona busca un equilibrio entre lo funcional y lo estético. Durante las últimas décadas, se prestó especial atención a la iluminación horizontal. Ahora, desde hace pocos años, la estrategia ha cambiado y trata de realizar un mejor reparto de la luz, sin olvidar que también se presta atención a la iluminación de algunos edificios que son un símbolo de la ciudad. Este reparto diferente de la iluminación busca una mayor eficiencia energética, que se complementa con la incorporación de las últimas tecnologías lumínicas.
CAMBIO DE CRITERIOS
Según recoge al área de Ecología, Urbanismo, Infraestructuras y Movilidad, “actualmente, los criterios de iluminación apuestan por tener más cuidado por el viandante, integrar la movilidad sostenible, reconsiderar el verde urbano y realzar los valores arquitectónicos clásicos o iconográficos. Anteriormente, la iluminación se había centrado en el plano horizontal, considerando principalmente las vías de circulación, sobre todo vehículos, contemplando puntualmente algunos edificios como grandes iconos representativos”.
Además, el equipo de gobierno del consistorio tiene como objetivo fundamental luchar contra el cambio climático mejorando la eficiencia energética, por lo que su prioridad es promover energías renovables y fomentar la mejora de la calidad ambiental del entorno urbano incidiendo en ámbitos como el ruido, la iluminación o la calidad del aire. Según el Ayuntamiento, el nuevo contrato pretende “identificar los puntos oscuros de la ciudad para poder actuar de una manera más ágil y rápida, mejorar el control y seguimiento de las instalaciones con una gestión operativa que reduzca el consumo, consolidar una tecnología eficiente en la iluminación y la tecnología LED, conseguir más estabilidad en las instalaciones y mejor capacidad de reacción ante situaciones críticas, renovar las instalaciones para incrementar la seguridad eléctrica y mejorar las conexiones eléctricas para actos de ciudad”.
TRES LOTES
Para cubrir la gestión de toda la iluminación pública, el Ayuntamiento sacó a concurso la gestión de la iluminación pública en tres lotes mediante un procedimiento restringido. El primero de ellos, por un valor de 17.389.923 euros, se lo llevó la compañía Citelum Ibérica. Al concurso fueron llamadas siete empresas, de las que sólo tres fueron finalmente las elegidas para presentar propuesta formal. Los técnicos municipales excluyeron de la licitación a la unión temporal de empresas (UTE) formada por Etrabonal, Etralux y Acisa, “al caer en baja temeraria y no presentar documentación justificativa al respecto”.
Quedaron en la valoración final Citelum y la UTE formada por FCC Medioambiente, FCC Infraestructuras y Sice. En las valoraciones de los juicios de valor de los técnicos, se consideró más adecuada la propuesta de Citelum, ya que la de su rival no incluyó la vigilancia nocturna de interiores de manzanas o de pasos subterráneos, por ejemplo. Citelum, en cambio, había previsto esas circunstancias, así como la detección y reparación en el caso de instalaciones artísticas. También detallaba en grado sumo la renovación del sistema de control centralizado, tanto del software como del hardware, así como las fases previstas, el timing y los recursos a destinar. La UTE de FCC, en cambio, ganó en el apartado económico y de criterios automáticos, pero no fue suficiente, ya que en la puntuación global ganó Citelum. Este lote abarca la conservación de la iluminación de los distritos de Ciutat Vella, Eixample y Sants-Montjuïc.
RESTRICCIONES DE LA LICITACIÓN
El lote 2, al que se destinarán 17.881.863 euros fue ganado por la UTE Enllumenat BCN2. Este contrato abarca los distritos de Les Corts, Sarrià-Sant Gervasi, Gràcia y Horta-Guinardó. Para este servicio, se presentaron seis ofertas, de las que fue eliminada la UTE BCNLux, formada por Aluvisa, Elecnor y Cerma & Arriaxa, que presentó una oferta económica con una baja del 49,10%. La UTE ganadora está formada por Rubatec y Urbalux. En realidad, obtuvo la misma puntuación que otra de las participantes, Imesapi, pero ésta también ganó el lote 3, por lo que los responsables municipales resolvieron otorgar un lote a cada una. De hecho, una de las condiciones del concurso era que cualquier empresa se podía presentar sólo a dos de los lotes pero sólo puede ser adjudicataria de un lote.
El lote 3 tiene un coste de 21.068.212 euros y a él presentaron ofertas cinco firmas. En este caso, también la oferta de BCNLux cayó en baja temeraria y fue rechazada. De las cuatro empresas puntuadas finalmente, ganó por unas décimas Imesapi, gracias a las valoraciones automáticas. El lote 3 engloba la gestión de los distritos de Nou Barris, Sant Andreu y Sant Martí. Este lote es más caro porque tiene una casuística diferente a las de los otros dos, ya que tiene muchas zonas de montaña.