Jonathan Domínguez ha encontrado un filón en la venta de gofres para llevar en forma de pene y vagina. Ha creado La Vergueria, una pequeña cadena de franquicias con cuatro locales repartidos por España. Empezó en Sitges, donde este empresario barcelonés abrió su primera tienda en noviembre de 2020. El negocio funciona, pero arrastra desde hace meses un conflicto con el Ayuntamiento del municipio costero. El consistorio sostiene que la “decoración fálica” de la fachada y del cartel, así como el hecho de que los gofres se vean desde la calle, incumplen la Ley.

“No pienso cambiar nada. Podría entenderlo si se tratara de consoladores o de fotografías con sexo explícito, pero lo que yo vendo no tiene nada que ver con algo sexual. Es comida”, se defiende este manresano afincado en Barcelona. En sus inspecciones, el Ayuntamiento de Sitges se acoge a una ley de 1982, concretamente al real decreto 1189/1982 del 4 junio sobre regulación de determinadas actividades inconvenientes o peligrosas para la juventud y la infancia. Esta norma establece una serie de obligaciones y prohibiciones para aquellos locales que vendan “publicaciones pornográficas”, una circunstancia que este empresario rechaza.

CARTEL PROHIBIDO

En el cartel de la fachada se lee La Vergueria en grande. Al lado se ve el dibujo de un pene. Para el gobierno municipal el contenido de dicho cartel "no es legalizable" y exige cambiar el material de la tienda por uno opaco que “oculte la visualización del producto desde la calle". “¿Pero como no va a ser legal? Por qué una pizzería puede mostrar sus productos y yo no puedo enseñar mis gofres?”, se pregunta indignado Domínguez.

El dueño del negocio afirma que desde que abrió la tienda una inspectora municipal la persigue con múltiples requerimientos técnicos que ha ido cumpliendo como la demolición de una pared y la instalación de una nueva puerta. La exigencia relativa a la decoración fálica ha le ha hecho estallar. "Me da la sensación de que es un motivo personal, me siento discriminado", dice. También le solicitan un documento para comprobar el estado del nuevo equipo del aire acondicionado y le reclaman que desconecte el sonido de la televisión. Según le ha asegurado su arquitecto, estas peticiones no son nada habituales. 

QUEJAS VECINALES

El Ayuntamiento de Sitges (ERC) explica que ha recibido "diversas quejas vecinales" a causa de la "exposición de productos tan gráficamente sexuales en una zona céntrica del municipio". Consultado por este medio, una portavoz municipal asegura que no se trata de un tema de discriminación, "sino de proteger los derechos de la infancia y de la juventud".

El consistorio defiende que su decisión se basa en el contenido de la ley cuando se refiere a la "aparición de actividades que por su naturaleza inciden de forma muy directa en valores esenciales para la convivencia social, hace preciso garantizar la defensa de la moral pública y tutelar el derecho a la protección de sectores tan característicos como son la familia, la juventud y la familia". El municipio costero también apela al cumplimiento de la ley que exige que la "publicidad de espectáculos cinematográficos, teatrales o de cualquiera otra índole que contenga imágenes obscenas o expresiones contrarias a la moral y buenas costumbres, solo podrá efectuarse en el interior de los locales".



Jonathan Domínguez (derecha) con un amigo / VERGUERIA

 

El pasado 29 de junio, el Ayuntamiento le dio tres días para cumplir con sus exigencias y “forzar la retirada de los elementos no a amparados en la licencia (cartel , decoración, foco y el toldo)”. Si no lo quita de forma voluntario, la administración municipal avisa que podrá ejecutarlo mediante una “ejecución subsidiaria”. El ayuntamiento le proponía que instalara un cristal opaco para evitar que la “exposición de formas fálicas” desde la calle.

PRECEDENTE DE MALLORCA

"La administración no te puede dar solo tres días para cambiar todo lo que me pide", se queja Dominguez, conocido también como Andrea Suarez en el mundo del porno gay. Explica que en su tienda de Sevilla, el Ayuntamiento le obligó a cambiar el color de la fachada porque desentonaba con el cromatismo del resto de los edificios. A diferencia del municipio barcelonés, la capital andaluza le permitió un plazo de 60 días para llevar a cambio el pintado.

La franquicia que Dominguez abrió en Sevilla marcó un precedente similar al conflicto que ahora se dirime en Sitges. El Ayuntamiento de Mallorca rechazó una propuesta de Vox, apoyada por el PP, que pedía la prohibición en los escaparates de los locales que venden gofres en forma de pene para “proteger a la infancia”. El consistorio mallorquín aseguró que este tipo de negocios "no son una atentado a nada. Podemos compartir el mal gusto, pero no la prohibición".

DERECHOS DE LA CONSTITUCIÓN 

El Ayuntamiento de Sitges también justifica su exigencia con la tienda de Domínguez haciendo referencia a la Llei dels drets i les oportunitats en la infància i l’adolescència de la Generalitat de Catalunya de 2010. El consistorio recuerda que esta norma busca prevenir "el conjunto de actuaciones sociales destinadas a preservar al niño o adolescente de las situaciones que son perjudiciales para su sano desarrollo integral o para su bienestar".

La ley catalana subraya que los poderes públicos "deben garantizar el respeto del derecho de los niños y adolescentes" y que deben "adecuar estas actuaciones a esta ley y a la normativa internacional sobre la materia". Esta norma también detalla que la exhibición pública o difusión de imágenes, mensajes u objetos "no pueden ser perjudiciales para los niños ni pueden incitar a actitudes o conductas que vulneren los derechos y principios reconocidos por la Constitución".

 

Noticias relacionadas