El teniente de alcalde de Seguridad de Barcelona, Albert Batlle, y el intendente mayor de la Guardia Urbana, Pedro Velázquez, han hecho balance este martes de los dispositivos policiales que se han llevado a cabo en la capital catalana durante las noches de verano.
Velázquez ha explicado que, durante la temporada estival, la policía barcelonesa ha desalojado a "más de 271.000 personas" de más de "2.000 espacios de la ciudad".
BOTELLONES
Respecto a la celebración de botellones en la capital catalana, el intendente ha remarcado que en algunas ocasiones estas concentraciones han reunido a "100 personas", una cifra que "en casos más extremos" ha ascendido hasta alcanzar las "3.000".
La Guardia Urbana ha interpuesto "7.612 sanciones" relacionadas con conductas incívicas este verano, la mayoría de ellas por "consumo de alcohol" en la vía pública. A esta cifra se han sumado otras "3.088" multas por no llevar mascarilla, no respetar la distancia de seguridad y eludir otras restricciones sanitarias relacionadas con la pandemia. Tan solo durante el pasado fin de semana, los agentes de la policía barcelonesa han realizado "396 denuncias por aglomeraciones".
Pese a las violentos episodios que se han sucedido en Barcelona durante celebraciones como las fiestas de Gràcia y Sants, Batlle ha asegurado que "no ha habido incidentes graves", y ha remarcado que la capital catalana ha vivido una "situación paralela a muchas otras ciudades de España" e incluso de menor gravedad.
LA MERCÈ
Velázquez ha destacado que, para las fiestas de la Mercè, se están planificando "dispositivos conjuntos con Mossos", y se están "analizando espacios que organizan actividades para introducir elementos de mejora o control que permitan que las actividades se desarrollen con seguridad".
Los conciertos que se realizarán durante la celebración serán puntos en los que los agentes pondrán especial atención, llegando a realizar controles del entorno además de asegurar que se cumplen las limitaciones de aforo durante los directos.