La Fundació Arrels recuerda a las 69 personas que han muerto en Barcelona en los últimos doce meses y que vivían o habían vivido en la calle, con una intervención este miércoles en la plaza Nova en la que han mostrado tantos pares de zapatos como personas fallecidas.
El director de la entidad, Ferran Busquets, ha expresado que es muy impactante que la media de edad de estas personas sea de 55 años, 27 menos que la esperanza de vida del resto de la ciudadanía en la capital, un dato que "demuestra que vivir en la calle deteriora totalmente la vida de las personas".
Busquets ha lamentado que tres personas han muerto por el frío, una de ellas por violencia física y 17 lo han hecho directamente en la calle: "Es la cifra que nos cuesta más de asumir. Son personas que han muerto solas, sin nadie a su lado y sin dejar de ser conscientes que la muerte que viene se producirá desde la soledad".
Sobre el acto de este miércoles, ha explicado que son personas que "han dejado huella en la vida", referido al simbolismo de los zapatos, y quieren que su paso por esta sea importante y recordado, de ahí que el lema del acto es Huellas contra el olvido.
VINCULARSE AL SISTEMA SANITARIO
Sheila Viñes, profesional de atención directa de apoyo a la persona en Arrels, ha incidido en el alto deterioro para la salud que supone vivir en la calle: "A veces nos da la sensación de que estamos llegando muy tarde" porque, ha dicho, los trastornos o patologías ya están muy avanzados. Por esto trabajan para vincular de nuevo a las personas con el sistema de salud. Entre las patologías más frecuentes detectan problemas respiratorios, cardiovasculares o relacionados con una mala alimentación e incluso tumores o procesos avanzados de cáncer.
Además, Viñes ha destacado que los casos de trastornos de salud mental suelen ser severos, también ha hablado de las patologías relacionadas con el hígado como la cirrosis, y ha coincidido con Busquets en que los problemas de alcoholismo y drogodependencia "son en mayor medida las consecuencias del sinhogarismo y no las causas".
Con todo, el director de Arrels ha reivindicado que la única vía es poner opciones para que las personas no vivan en la calle, una cifra que en Barcelona es de 1.064 según el último recuento de la Fundació en junio, pero estiman que pueda haber hasta 1.100.