El despliegue de una bandera LGTBI en un piso de Barcelona ha ocasionado un conflicto entre la propiedad del inmueble y su inquilino, quien ha anunciado que dejará el piso.
Todo comenzó cuando Marc Anguera, un joven con un piso alquilado en la capital catalana, decidió colgar una bandera LGTBI en la terraza del domicilio. Según ha relatado, hace unas semanas recibió un correo electrónico de la inmobiliaria que gestiona el contrato en el que se requería la retirada de la bandera por parte de la propiedad, un supuesto reflejado en el contrato.
El joven contestó a la empresa explicando que la colocación de este elemento "era una reivindicación del colectivo LGTBI ante las últimas "agresiones en Barcelona o incluso la muerte de Samuel en La Coruña". Además, aseguró que si se le obligaba a retirarla abandonaría el piso.
INCUMPLIMIENTO DE CONTRATO
Pese a que la inmobiliaria empatizó con el inquilino en un primer momento, la propietara del piso llamó al joven unas semanas más tarde para comentarle que la bandera rompía con la uniformidad del edificio, y le advirtió de que le llegaría una "notificación por incumplimiento de contrato".
Anguera asegura que "el motivo de la retirada de la bandera es puramente ideológico" ya que "la propiedad no muestra ningún tipo de empatía por el colectivo LGTBI", y ha anunciado que tras este incidente se marchará del piso.