Javier Pérez (28 años) es uno de los aproximadamente 1.500 repartidores que cada día cruzan la ciudad para repartir comida a domicilio. En 2018 vio en las plataformas de reparto a domicilio una manera de ganar dinero fácil y empezó a trabajar para Glovo. Actualmente tiene un contrato con Uber Eats y trabaja horas sueltas con la startup barcelonesa.
El relato de Pérez describe un trabajo precarizado que favorece la explotación laboral a terceros mediante el sistema de las cuentas alquiladas. En el siguiente vídeo de Metrópoli, Pérez narra su experiencia como repartidor de las dos compañías tecnológicas. En su caso reparte en bicicleta desde hace tres años. Su relato describe un trabajo muy individualizado, temporal y en un conflicto constante entre sindicatos y plataformas.