La Biblioteca Estatal de Barcelona llegará a la capital catalana con 30 años de retraso. El proyecto, de finales de los años 90, se prevé ahora que pueda estar listo hacia 2027. El ministro de Cultura Miquel Iceta ha dicho que el objetivo es que el equipamiento se empiece a construir en 2023 y esté totalmente acabado en 2027.
El edificio se tiene que levantar junto a unos terrenos situados junto a la estación de França. A lo largo de los años, los distintos gobiernos estatales, autonómicos y municipales se han referido al equipamiento de distintas formas: Biblioteca Central Urbana o Biblioteca Provincial de Barcelona. Ahora, Iceta opina que se tendría que bautizar como Biblioteca Pública del Estado en Barcelona.
1,5 MILLONES PARA EL SOLAR EN 2022
Según ha avanzado Iceta en una entrevista en El Periódico, este 2022 se destinarán 1,5 millones a vaciar el solar y a introducir cambios en el proyecto. El pasado diciembre, en la comisión mixta de seguimiento (formada por el Estado, la Generalitat y el Ayuntamiento) para la construcción de la citada biblioteca, se acordó el derribo del edificio anexo a la estación de França.
El proyecto de la biblioteca está hecho desde 2012. El concurso lo ganó el despacho Nitidus Arquitectes SLP. El primer espacio que se pensó para la construcción de la biblioteca fue el antiguo mercado del Born. Fue hacia 1997. Pero la aparición de restos arqueológicos de la Guerra de Sucesión de 1714 hizo que se buscara otro solar. El elegido fue el anexo a la estación de França.
UN PRESUPUESTO DE UNOS 38 MILLONES
El proyecto actual contempla un edificio con unos 20.000 metros cuadrados construidos y 18.000 de útiles. El último presupuesto anunciado es de unos 38 millones de euros.
La biblioteca, que pagará íntegramente el Estado, debe servir para completar la reconocida red de bibliotecas públicas de la ciudad, con una cuarentena de centros del Consorci de Biblioteques, que integran Ayuntamiento y Diputació de Barcelona. Se trata de uno de los servicios mejor valorados por los ciudadanos, que impulsó Oriol Bohigas y desarrollaron, entre otros, Ferran Mascarell y Jordi Martí Grau, al frente del Institut de Cultura de Barcelona (ICUB).