La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, no está dispuesta a desatender ningún detalle de aquí a las elecciones municipales. Toda preocupación es poca y, especialmente, el contacto con la ciudadanía y el modo de hacer llegar los mensajes a los vecinos. De ahí la importancia que la comunicación juega en su carrera política. Su último movimiento ha sido la contratación de una empresa para diseñar el modo en que se comunica.

Si hace apenas dos meses contrató a Mario Tascón como asesor por 10.000 euros al mes (50.000 euros por 5 meses de trabajo) para perfeccionar el “lenguaje inclusivo” del consistorio y hacer llegar mejor sus mensajes a la ciudadanía, tal y como publicó Metrópoli, ahora se trata del diseño en el ámbito de las comunicaciones. “El objeto del contrato son los servicios de conceptualización y desarrollo creativos, diseño gráfico y producción hasta másteres para la comunicación de información de servicios, notificación de actuaciones, señalización de intervenciones específicas y otras necesidades comunicativas de la Dirección de Comunicación del Ayuntamiento de Barcelona”, explica el pliego de prescripciones técnicas del contrato.

20.000 EUROS AL MES

En realidad, la operación no es más que la externalización del trabajo de comunicación, puesto que su cometido con realizar los “servicios de conceptualización y desarrollo creativos, diseño gráfico y producción para la comunicación de servicios y notificación de actuaciones del Ayuntamiento”. Su labor será ayudar a vender la imagen del ayuntamiento y adquiere especial relevancia si tenemos en cuenta que las elecciones están a menos de año y medio vista. El trabajo, conforme los documentos municipales, se centra en la labor de “servicios de creatividad y diseño”, es decir, en hacer que el mensaje del equipo municipal cale en la ciudadanía.

El contrato no es moco de pavo: son 242.000 euros por un año de trabajo, lo que equivale a más de 20.000 euros mensuales. El contrato de Tascón, que parecía desorbitado a primera vista, comienza ya a quedarse pequeño a la vista del nuevo encargo. Pero, además, en el contrato para el diseño de la comunicación, que se otorgó el pasado 20 de enero, existe la posibilidad de prolongarlo hasta tres años, por lo que el monto total se triplica. Y, por si fuera poco, en las cláusulas administrativas se prevé una desviación de los costes de 48.000 euros al alza, por lo que por el encargo comprometido del consistorio barcelonés se dispara hasta los 774.400 euros.

Mario Tascón, en una imagen de archivo / EFE

CÓMO HA DE SER EL LENGUAJE

Como la comunicación es una de las ramas que más interesan a la alcaldesa, en el contrato figura una cláusula que obliga al nuevo consultor a emplear un mismo tono en todas las acciones y proyectos que sea “próximo, empático, creativo y movilizador. En todos los casos, el tono que haya de tener cada acción se detallará en el briefing del proyecto correspondiente”. El target al que va dirigido el trabajo de creatividad tiene una doble vertiente: por un lado, ha de llegar a “toda la ciudadanía de Barcelona”. Por otro, va dirigido también a un público específico, que sería “una parte de la ciudadanía, en función del servicio o actuación que se quiera comunicar”. Su objetivo de influenciar en los ciudadanos, pues, queda fuera de toda duda.

Para esa labor, se realizó un concurso al que se presentaron 19 empresas. Doce de ellas fueron expulsadas de la licitación, once por no alcanzar la puntuación mínima y una por presentar una oferta económica temeraria o anormalmente baja. Otras dos empresas se quedaron también por el camino, por lo que el concurso se dirimió al final entre 5 ofertas, que ganó una unión temporal de empresas (UTE) formada por Arauna y el estudio 131. Ambas, sin embargo, no son ajenas: comparten la misma sede social. Detrás de la propuesta ganadora hay también un nombre de altura: Daniel Rubio Arauna, un joven diseñador santanderino que será el encargado de vender los logros de Colau en los próximos meses.

Daniel Rubio Arauna, el diseñador que ha contratado Colau / EINA

UN GURÚ DEL DISEÑO

Rubio no es advenedizo. Este diseñador trabajó para clientes de categoría como Ferran Adrià, El Celler de Can Roca, el Centro Botín, el Museo Picasso de Málaga, el Centro de Arte Santa Mónica, TMB, CCCB, FIATC o Estrella Damm. También diseñó el interiorismo del Hospital Sant Joan de Déu. En otras palabras, es un diseñador reverenciado en el sector, uno de los jóvenes valores del nuevo diseño. Su currículum se redondea con prestigiosos premios internacionales, de los que atesora 11, entre ellos el Laus (en 2014, 2015 y 2019) o el Arts Directors Club, tanto en su versión americana como europea, el D&AD de Londres (2015), el Interior Design Magazine de Nueva York (2014, 2016 y 2018) y, finalmente, logró el de la Bienal Iberoamericana de Diseño celebrada en Madrid en 2020.

Rubio, que trabajó en el Estudio de Mario Eskenazi durante 6 años antes de montar el estudio Arauna en 2014, dio clases en el IED y en el Institut Superior de Disseny. Actualmente, da clases también en EINA, Centre Universitari de Disseny i Art, un organismo vinculado a la Universidad Autónoma de Barcelona. Curiosamente, el gurú del diseño tiene un grado de diseño y un máster en Tipografía Avanzada, ambos de EINA, la entidad en la que ahora da clases, pero dejó incompleta la carrera de Bellas Artes en la UB, según el currículum distribuido por la propia EINA. Vista su evolución, tampoco le hacía falta.

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