Barcelona veta la apertura de supermercados y cocinas fantasma
El Ayuntamiento aprueba una regulación de los negocios de reparto a domicilio que entrará en vigor en 2023
11 marzo, 2022 10:48Noticias relacionadas
En 2023 no podrá abrir ningún supermercado fantasma más en Barcelona. Las dark kitchens, por su parte, solo podrán abrir en los polígonos de la Zona Franca y del Besòs –con condiciones–.
Así lo han explicado la teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, y la regidora de Comercio, Montserrat Ballarin, este viernes, 11 de marzo. Las bases se recogen en un plan que han aprobado inicialmente la Comisión de Gobierno del Ayuntamiento.
APROBACIÓN DEFINITIVA
El gobierno municipal ha trabajado en este plan desde que varios vecinos y entidades se quejaron de las afectaciones por las cocinas fantasma. Ahora el consistorio abre un periodo de un año hasta su aprobación definitiva para consensuar la norma con entidades, vecinos y grupos políticos.
"Si queremos defender la ciudad los barrios han de ser para el comercio de proximidad", ha dicho Sanz. Hasta que se apruebe definitivamente, el Ayuntamiento mantendrá la suspensión de licencias actual.
SEGUIRÁN FUNCIONANDO
Los supermercados fantasma existentes sí que podrán seguir funcionando, ya que tienen la licencia vigente.
No obstante, las empresas deberán pedir un nuevo permiso específico para legalizar el reparto a domicilio y tendrán que habilitar un espacio de descanso para los repartidores en su interior.
COCINAS FANTASMA
Las cocinas fantasma tan solo podrán abrir lejos de las zonas residenciales en los polígonos industriales de la Zona Franca y del Besòs.
Solo podrán estar en calles que tengan al menos 25 metros de amplitud y no podrá haber más de una cocina en un radio de 300 metros. Las cocinas también tendrán que tener un espacio para los repartidores.
COMIDA PREPARADA
Los negocios de platos preparados también estarán afectados por la nueva regulación. Los nuevos locales deberán tener un máximo de 300 metros cuadrados, no podrá haber más de uno en un radio de 100 metros y tendrán que estar en calles de más de siete metros de amplitud.
Estos comercios también deberán pedir permiso al Ayuntamiento, que obligará a reservar un espacio para repartidores y sus vehículos.