Ramón de España cree en una idea muy concreta sobre la izquierda. Se define como un socialdemócrata, “de los de la II Guerra Mundial”, y admite que quedan “pocos” como él. Duda sobre qué pueda ser ahora la izquierda, pero tiene claro que la alcaldesa Ada Colau y los comunes “no pertenecen” a ese flanco ideológico. “La izquierda era la de Jorge Semprún o la de Jordi Solé Tura, lo de los comunes es otra cosa, porque en Barcelona el ‘colauismo’ practica una mezcla de ignorancia y displicencia”, asevera el periodista y escritor, autor del libro Barcelona fantasma, editado por Vegueta Ediciones y que Ramón de España presentó este jueves en la librería Byron.
Con la sala llena, ávida de los comentarios del periodista sobre una ciudad que ha vivido con intensidad, el autor de Barcelona fantasma rehuyó de la nostalgia. En el libro ha plasmado la Barcelona de los setenta y ochenta, y recoge los artículos publicados en la sección con el mismo nombre en Letra Global. ¿Pero qué se vivió en aquellos años? La editora de Vegueta, Eva Moll, destacó una ciudad que estaba “abierta al mundo” y que se “envidiaba” desde Nueva York. “Las ciudades deben ser puntos de encuentro, puentes entre culturas, cruce de caminos, y eso se vivió en Barcelona”, aseguró Moll.
Ramón de España corroboró esas apreciaciones, con la idea de que la ciudad vivió unos años en los que no se sabía qué estaba prohibido y qué se podía hacer. Unos años que transcurren entre la muerte de Franco y las primeras elecciones autonómicas en Cataluña, con la victoria de Jordi Pujol en 1980. En ese lapso Barcelona es el centro de la cultura underground, de la “libertad”, en el que la juventud “cobra un protagonismo real, al frente de publicaciones que estaban en los kioskos al lado de La Vanguardia, en una muestra de que se podía crear y vivir con poco dinero”, señaló Ramón de España, en una conversación con el editor y crítico literario Andreu Jaume, colaborador de Letra Global.
En el acto, organizado por la entidad cultural Clac, Ramón de España insistió en el tópico que ensalza los años vividos “porque en ese momento se tienen 25 años”. Dudó, por tanto, en que lo que refleja en Barcelona fantasma pudiera ser algo único o fantástico. “Sin embargo, es cierto que pasaron dos cosas: éramos jóvenes, pero también fue una época muy característica, que pasaría rápido”. Son los años de la transición, en los que se vive “con enorme intensidad” todo lo que ofrece la cultura y la ciudad. Y son también años, como admitió Ramón de España, en los que muchos de sus amigos traspasan muchos límites. La droga y el alcohol dejó a muchos por el camino, como David Miró, nieto del pintor, como destacó Andreu Jaume, que sale retratado en Barcelona fantasma “con una enorme sensibilidad”.
CON LA GAUCHE DIVINE
El libro cuenta con un prólogo del escritor Javier Cercas, “medido y preciso”, en palabras de Andreu Jaume, que deja constancia de lo que el lector se puede encontrar a lo largo de todos los capítulos Se trata de un “autorretrato”, aunque para Ramón de España es un “autorretrato a través de personas y lugares”.
El lector se puede sumergir en la Avenida de la luz, y vive el triste final de Bocaccio, y vuelve a descubrir el bar del Astoria. Pero Ramón de España insistió este jueves en todos los miembros de la Gauche Divine. “Yo les tenía manía, pero cuando los fui conociendo me di cuenta que eran gente estupenda, salvo uno, que no voy a desvelar aquí”, precisó.
Los asistentes, en todo caso, querían que Ramón de España entrara en el terreno político, en el análisis de los dirigentes políticos catalanes, que el periodista ha dibujado en todos estos años en Crónica Global con altas dosis de humor, ironía y también sarcasmo. Cargó contra el ‘Astut’ Mas, Quim Torra y Carles Puigdemont. Pero su misión era la de ‘defender’ el libro sobre Barcelona, con una crítica latente en todo momento, con la convicción de que Barcelona “pudo haber sido la capital cultural de España”, porque durante todos aquellos años lo fue. Y a partir de 1980, “el comandante mandó parar”, en alusión de Jordi Pujol. “Se quiso ser capital de una nación milenaria, ilusoria, y se abandonó ese papel de capital cultural, que lo fue adoptando Madrid, como se refleja ahora, y bien que ha hecho”, consideró, ante la complicidad de los asistentes, que querían, precisamente, escuchar esa crítica, tras las pullas a la Barcelona de Colau. Ramón de España insistió: "me niego a considerar que la izquierda es Echenique o Colau".
VOCACION 'BAUDELARIANA'
El libro refleja una vocación “baudelariana”, a juicio de Andreu Jaume, porque muestra la “necesidad de sobrevivir a la ciudad de la juventud”, y ha ocurrido “siempre”, en todas las épocas y con otras muchas ciudades. Ramón de España, en todo caso, ha ido recuperando, con sus artículos semanales en Letra Global, --ahora convertidos en el libro editado por Vegueta—todo un mundo, con locales ahora cerrados, con personas fallecidas, con publicaciones underground que cumplieron su papel, que sirven para ‘salvar’ unos años que existieron, que no fueron una invención de los ‘abuelos’. “Eso pasó”, como cantó Luis Eduardo Aute, en la letra de Cine, Cine:
“Pido perdón por confundir el cine con la realidad, no es fácil olvidar Cahier du cinema, le Mac Mahon, eso pasó, son olas viejas con resacas de la nouvelle vague”.