Que el nivel de inglés en España ha mejorado en las últimas décadas es una obviedad. La incorporación de la lengua de Shakespeare en escuelas bilingües, la proliferación de viajes de idiomas desde el Bachillerato, e incluso Secundaria, y la obligación de acreditar el nivel B1 de un segundo idioma como requisito para conseguir el título universitario han construido una juventud mejor preparada. Pese a este escenario, el idioma más hablado del planeta sigue siendo una asignatura pendiente. Año a año, los estudios demuestran una tozuda realidad: estamos en la cola de Europa.
Las grandes multinacionales españolas (entidades financieras, multinacionales, etc) son un reflejo del poco manejo del idioma que tiene la sociedad española. Así lo explica Erika Alonso, directora senior de Transperfect, compañía de traducción y servicio de idiomas especializada en formar a directivos y a plantillas de empresas de todo el mundo. "Nos queda mucho camino por recorrer. Vemos la diferencia con otros países europeos. Aquí, cuando se intenta hacer negocio en una lengua que no es el español surgen las barreras", explica.
800 TRABAJADORES EN BARCELONA
Barcelona acoge el cuartel general de esta multinacional extranjera, la oficina más grande de las 120 repartidas por el globo. Los 800 empleados de la capital catalana (1.100 en todo el país) demuestran la "gran captación de talento" que centraliza en la urbe. Alonso representa a una empresa que ayuda a equipos enteros a implantarse en países extranjeros y a llegar a mercados de todo el mundo eliminando las barreras lingüísticas y culturales. En Transperfect, por ejemplo, enseñan a los ejecutivos occidentales que para conectar con una audiencia japonesa en una reunión de trabajo no basta con pedir directamente la interpelación mediante la palabra, sino que el contacto visual es imprescindible.
De vuelta a nuestro país, Alonso hace una clara distinción en el nivel del inglés existente entre las grandes estructurales empresariales levantadas hace décadas y en el sector digital, mucho más adaptado al idioma. "Incluyen una mayor transformación digital y están mucho mejor que los bancos, por ejemplo. Las startups están mejor preparadas". Lo comprueban evaluando el nivel de los nuevos trabajadores del sector financiero recién salido de las facultades.
MÁS INGLÉS EN LAS ESCUELAS
La directora de este servicio de idiomas lamenta que las personas que prosperan en el idioma lo hacen gracias a cursos que realizan por su cuenta y por la casi obligada salida al extranjero. "Si no sales es imposible...", describe. Considera que habría que aumentar las horas lectivas de inglés en la enseñanza y proponer otros métodos educativos. Su compañía aplica "los principios de la neurociencia", que se basan en una frecuencia constante de actividad en un periodo de tiempo breve, entre otras reglas. Su servicio incluye el seguimiento de coachings que siguen la evolución del nivel.
Pese el avance de China en el panorama geopolítico mundial, Alonso asegura que el inglés seguirá reinando en el mundo de los negocios unos cuantos años más. La demanda del idioma asiático en occidente es una realidad, pero el interés por estudiar inglés en China también es fuerte. "Hoy por hoy yo recomiendo priorizar el inglés. En España, los otros idiomas que enseñamos más siguen siendo el francés y el alemán".
LOS ESPAÑOLES, MÁS CAÓTICOS
Trabajar en distintos países del planeta le ha permitido a Alonso conocer distintas culturas y maneras de trabajar. La ejecutiva explica que hay cierta realidad en el cliché sobre la poca eficiencia de los trabajadores españoles. "Igual sí que somos un poquito menos organizados que los alemanes, pero también somos más flexibles. Tiene sus ventajas y sus desventajas. La perfección no existe. Somos latinos, claro...", admite