La posibilidad de que el posconvergente Xavier Trias se presente como alcaldable de Junts per Catalunya (JxCat) en Barcelona ha hecho saltar las alarmas en las filas de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). No porque represente un rival peligroso para el candidato republicano, Ernest Maragall, sino por la posibilidad de que pueda captar un porcentaje de votos que deje a Esquerra sin posibilidad de ganar los comicios o hacer que incluso quede por debajo de sus rivales, sea el PSC o sean los comunes.

Una fuente de Esquerra reconoció a Metrópoli que si Trias concurre, una parte del electorado puede apoyarle y restaría posibilidades a Maragall de revalidar el triunfo de las últimas municipales o incluso de aumentar la distancia con sus rivales. “No es por lo que pueda obtener, porque posiblemente su techo sea de cinco o seis concejales. Es por el voto que no elige a ERC como opción válida y que nos hace bajar a nosotros ante nuestros rivales. Ese porcentaje que a él ni le va ni le viene, para nosotros es crucial. Y sí, hay en estos momentos preocupación por ese tema”, señalan las fuentes.

EL COMODÍN

Trias es uno de los nombres que barajó Junts como el candidato para recuperar presencia en la política municipal barcelonesa. Tras la retirada abrupta de Elsa Artadi, Junts se asomó al abismo en Barcelona: se quedó sin candidata y con fuertes tensiones internas a un año de las elecciones municipales. Varios fueron los nombres que se barajaron en la cúpula posconvergente para poder presentar un candidato con tirón, pero ante las renuencias de algunos, el nombre de Trias volvió a ponerse sobre la mesa como el comodín que puede volver a dar cierto esplendor a los posconvergentes en la capital catalana.

 

Xavier Trias, este miércoles en el programa 'Cafè d'idees' / TVE

 

El temor de ERC es que pueda pactar con otras fuerzas para recomponer la plataforma moderada de centroderecha que representaba Convergència i Unió (CiU) en su tiempo. Una formación con esa estructura y de ese cariz, puede robar a Maragall los votos suficientes como para hacerlo retroceder sustancialmente en la tabla final. Pero no todo va a ser tan sencillo.

ENCUENTRO CON CHACÓN

Según ha podido conocer Metrópoli, Xavier Trias puso como condición para ser el candidato que se iniciasen negociaciones para concurrir a las elecciones junto al PDeCAT, Centrem, el Partit Nacionalista Català y fuerzas similares. Hace pocos días mantuvo un encuentro discreto con Àngels Chacón, la líder de la nueva fuerza Centrem, que reúne a PDeCAT, Lliures y la Lliga. Pero el pacto no es fácil. “Trias quiere aglutinar al centro moderado, nosotros también. Pero si quiere ir con nosotros, ha de renunciar a algunas cosas, la primera de ellas la unilateralidad. Si Junts está dispuesta a ello, ya veremos. En caso contrario, no habrá acuerdo posible”, dicen fuentes bien informadas a Metrópoli.

En ERC son conscientes de la situación. Por un lado, admiten que Junts per Catalunya está en una situación delicada, pero por otra temen que Trias acabe ganando el pulso y presentando un programa moderado tipo Convergència que pueda hacer daño a los republicanos. A ese programa, en tal caso, atraería a las demás fuerzas del catalanismo moderado. “Si todos se presentan por separado, el peligro será menor, porque al fin y al cabo esa dispersión debilita a ese espectro y ERC puede convertirse en el voto útil y en el refugio del voto independentista. Pero si Trias aglutina una plataforma de fuerzas en torno suyo con un programa de gestión, moderado y serio, la cosa cambia, porque el partido independentista de referencia ya no será sólo ERC”, señalan las fuentes republicanas.

SEDUCIR EL 43% INDECISO

Desde el catalanismo moderado se señala, en cambio, que “Junts está en una dinámica autodestructiva. Chacón ya le ha dicho que con los planteamientos políticos actuales no es posible un acuerdo. Nosotros hemos de ser coherentes con nuestro programa. Es más, no tiene sentido que el PDeCAT, por ejemplo, se presente ahora de la mano de Junts si nada ha cambiado. No hemos hecho este viaje, esta travesía del desierto en balde. Si quieren que nos sumemos al proyecto, han de variar algunos de sus planteamientos”.

El objetivo del catalanismo moderado es hincar el diente “a ese porcentaje del 43% del electorado que no sabe todavía a quién votará”. En definitiva, argumentan, la clave de los resultados electorales en la ciudad de Barcelona reside en esa masa electoral indecisa que aún no tiene claro su voto. Afirman que ese voto indeciso es en buena parte nacionalista. El argumento es que los comunes ya han cumplido su ciclo y que el PSC “por mucho que digan, no acaba de despegar en Barcelona”. En ese caso, insisten, el camino a un centro “catalanista, que sepa gestionar y que sea de centro derecha o progresista incluso” está allanado. Pero falta “una unidad que hoy por hoy no hay. Y si Junts insiste en mantener sus principios extremistas intactos, no habrá posibilidad de que vayamos juntos. Que se olviden”. En ese caso, Maragall podrá respirar un poco más tranquilo.

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