El presidente del Port de Barcelona, Damià Calvet, carga contra la alcaldesa de la ciudad, Ada Colau, por reclamar que se reduzca el número de cruceros en la ciudad.
Calvet avisa que estos pronunciamientos preocupan a las empresas, que temen por la "seguridad jurídica". "No entendemos esta obsesión con los cruceristas", asegura el exconseller.
"MODELO BARCELONA"
En una entrevista con EFE, el presidente reivindica el "modelo Barcelona" para abordar esta cuestión, ya que a su juicio es "el más inteligente" de todos los posibles.
Calvet considera que la cruzada de Colau contra los cruceros se enmarca en un ambiente de precampaña electoral de cara a las municipales de 2023.
ARGUMENTOS
Calvet asegura que los cruceristas representan apenas el 4 % de los turistas de Barcelona y que este 4 % tiene "un impacto económico y laboral inmenso" en la ciudad: 1.000 millones de facturación y unos 9.000 puestos de trabajo directos e indirectos.
Además, el presidente del Port afirma que "el eventual impacto ambiental está muy acotado, entre otras cosas porque está muy vigilado": los cruceros concentran el 0,73 % de las emisiones de óxidos de nitrógeno en Cataluña y el 0,23 % de emisiones de partículas contaminantes.
PREVISIÓN DE ESCALAS
Calvet destaca que para 2022 hay previstas unas 800 escalas de cruceros en el Puerto –las mismas que antes de la pandemia–, aunque hay menos cruceristas porque las naves tienen menor demanda.
"Estamos en una recuperación progresiva con el objetivo de llegar a cifras prepandemia", ha celebrado Calvet. No obstante, el presidente no prevé que aumente en los próximos años el número de escalas realizadas en la capital catalana.