Los vecinos de la calle de Santa Madrona del Raval se enfrentan a una "pesadilla" diaria desde hace meses. En el número 13 de la vía, cada día se concentran un grupo de toxicómanos en la entrada de un parking. Es una zona cubierta que utilizan como "punto de encuentro" para consumir, pasar el dia e incluso dormir. Además, a menudo se forman discusiones que todavía afectan más al día a día de los residentes de la zona, con molestias por ruido, destrozos y suciedad.
Así lo relata Adriano, uno de los vecinos afectados, a Metrópoli, que asegura que por su voluntad, ya se habría "marchado de Barcelona". El residente denuncia que se "normalice" una situación como esta por el simple hecho de ser un espacio cercano a la sala de venopunción de Drassanes (CAS Baluard). "No deja de ser una zona residencial. Viven niños y familias y se pasa por alto que haya drogadictos pinchándose a todas horas del día en condiciones infrahumanas, tanto para ellos como todos los que vivimos alrededor", reclama.
ANTES DE VERANO
El chico explica que la problemática empezó antes de verano. Al principio acudían de forma puntual y, no fue hasta que vieron que era "un punto de encuentro idóneo", que se apoderaron de él. "Ahora es como su casa", reclama. "Vienen y se van constantemente pero siempre hay alguien vigilando. Ya lo asocian a un punto de venta de drogas", asegura.
Adriano denuncia la inacción de la Guardia Urbana y de los Mossos d'Esquadra ante estos hechos. "He llegado a llamar más de cinco veces en un día", explica. "De todas las veces que he pedido ayuda, los Mossos tan solo han venido tres veces, la Urbana ninguna", asegura. Según el vecino, cada vez que los agentes han acudido "no ha habido ni identificación ni han requisado nada". "Solo les dicen que se vayan y, al cabo de un rato, vuelven a instalarse", cuenta.
SUCIEDAD Y MIEDO
El afectado, al igual que otros vecinos de la zona que prefieren mantenerse en el anonimato, aseguran sentir "miedo". "Tengo la sensación de que hay residentes que han llegado a un punto en el que aceptan la situación porque no queda otra", lamenta Adriano.
Por otro lado, los afectados también denuncian la suciedad que generan en la calle y el peligro que suponen los objetos que dejan, como las botellas de cristal o las jeringuillas. "Encontrarse jeringuillas a plena luz del día es lo más normal aquí", explica Marta, otra de las víctimas del "parking de toxicómanos".
CRÍMENES EN EL BARRIO
Durante el mes de septiembre los vecinos también han denunciado los problemsa que está generando un baño público en el parque de los jardines de Sant Pau del Camp, también ubicados en el Raval. Allí, según los afectados, una mujer fue violada en plena tarde hace escasos meses y la instalación se usa como lugar habitual de consumo de drogas.
Además, a lo largo del último mes se han producido casi una decena de apuñalamientos que se han propinado entre ellos mismos.
Denuncian también las condiciones de insalubridad del parque, donde los residentes aseguran que orinan y defecan "a sus anchas". En las siguientes imágenes, cedidas a Metrópoli, se observa como uno de los toxicómanos utiliza una fuente de los jardines como ducha:
ACCIÓN POLICIAL
Los vecinos cercanos al parque aseguran que llevan meses manteniendo conversaciones con la policía, recomendándoles zonas en las que buscar drogas, llamando para alertar sobre altercados y, sobre todo, pidiendo que se lleven a cabo redadas.
Explican, pero, que aunque puntualmente Mossos y Guardia Urbana se dejan ver en el parque, entre redada y redada los asiduos vuelven a concentrarse en los lugares habituales.