El Ayuntamiento de Barcelona, junto a Lisboa, París, Berlín, Roma y Bruselas, ha pedido a la Comisión Europea (CE) tres nuevas medidas para controlar las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) de la ciudad, que se ha convertido en una de las máximas prioridades para frenar la contaminación del aire. La capital catalana pasará de tener 20 puntos de control a 62 e instalará 110 cámaras.
Barcelona y las otras cinco ciudades europeas han explicado que las medidas tomadas hasta el momento para frenar la contaminación no son suficientes y que necesitan más implicación por parte de la Comisión Europea "para enfrentarse a los retos de nuestro tiempo", explican en la declaración conjunta, donde exponen detalladamente los tres puntos principales para frenar la contaminación atmosférica.
LAS TRES PETICIONES PARA FRENAR LA CONTAMINACIÓN ATMOSFÉRICA
El primer objetivo que remarcan es proteger a las personas más vulnerables, concretamente a los colectivos con menor poder adquisitivo y los menores de edad, haciendo especial hincapié en los niños, ya que sus 100 primeros de días son especialmente susceptibles de sufrir consecuencias por este tipo de contaminación.
Por otra parte, también han pedido medidas más restrictivas para la futura norma Euro 7, que tiene el objetivo de reducir las emisiones del transporte de todo tipo de vehículos. Esta norma, que entrará en vigor el 31 de diciembre de 2025, supondrá una serie de restricciones para evitar la contaminación atmosférica por los frenos y los neumáticos en cualquier tipo de vehículo, sea del tipo que sea. El Ayuntamiento considera que esta medida es clave para que las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) sean efectivas.
NUEVAS RESTRICCIONES EN ZONAS URBANAS
En último lugar, han pedido que los vehículos que circulan por zonas urbanas también tengan restricciones. Concretamente, han pedido una nueva norma centrada en imponer límites al metano y a las partículas del sistema de freno, que provocan problemas de contaminación a las ciudades. Este problema medioambiental afecta a las grandes ciudades europeas y es el culpable de muchos problemas de salud, provocando más de 300.000 muertes anuales, múltiples enfermedades graves y daños irreversibles en la salud.