Colau pide dinero a sus militantes para la campaña electoral
La alcaldesa empieza una campaña de captación de fondos para BeC y se planta ante los fondos buitre: “¡Se tiene que respetar a la autoridad!”
6 noviembre, 2022 00:00Noticias relacionadas
Barcelona en Comú ha activado ya todos los resortes para tensar a su militancia y que comience una larguísima campaña electoral de proselitismo en las calles. Reuniones, actos de protesta, simulaciones y vuelta a los orígenes son las claves de una movilización que durar meses. Los comunes, además, necesitan también dinero y por ello han comenzado entre sus activistas una campaña de micromecenazgo para hacer frente a los gastos de la campaña de las municipales porque, afirma en un mensaje a la militancia, el partido no depende “ni de lobbies ni de bancos ni de fondos buitre”.
La comunicación detalla que “nuestra autonomía ante los grandes poderes económicos es la gran fortaleza que nos hizo ganar Barcelona. Nuestra ciudad y nuestra vida nos pertenece a nosotros y no a ningún lobby ni a ninguna minoría privilegiada que quiere gobernarla desde la sombra, como su negocio privado”. De ahí que pida una aportación económica con la que, además, el contribuyente puede desgravar. Lo que recaude en la campaña servirá para sufragar los gastos de la campaña, amén de los cuantiosos donativos de los cargos públicos, que tienen topado el salario a 2.200 euros netos mensuales y han de contribuir con lo que sobre de su sueldo a las arcas de BeC.
RESCATAR LOS VIEJOS ESLÓGANES
Para movilizar a su militancia, los comunes han rescatado algunos de los temas con los que marcaban perfil hace años. El más espectacular es el de la vivienda, que siempre le dio a Ada Colau grandes victorias y expectativas. Hace unas semanas, Barcelona asistió a la furibunda campaña de BeC y del equipo municipal de esta formación contra el salón The District. Paradójicamente, las autoridades que dominan el Ayuntamiento que acogía la feria era el colectivo más reactivo contra la presencia de las multinacionales del tocho en Barcelona.
El sector de la vivienda será, de nuevo, uno de los activos de la campaña electoral de Ada Colau. De casta le viene al galgo, puesto que su origen de activista social está muy ligado a ese sector, no en vano fue una de las impulsoras de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH). Por eso, las acciones antidesahucio volverán a ser uno de los caballos de batalla de la próxima campaña, buscando que le pueda volver a conectar con su electorado.
Este sábado, BeC continuó incidiendo en ese terreno: convocó para el sábado un acto de apoyo a los inquilinos de la Casa Orsola, a quienes el fondo buitre Lioness Inversiones quiere echar a la calle de un edificio en el distrito del Eixample. Una acción de este cariz es el caldo de cultivo de los comunes y de la alcaldesa, que en un vídeo distribuido por su partido dice que no quiere fondos buitres. Sorpresivamente, Colau saca a relucir una faceta desconocida y que tiene mucho que ver con el autoritarismo. La primera munícipe no duda en criticar a Lioness Inversiones, acusando al fondo de levantarse de la mesa de negociación en la que mediaba el consistorio. “¿Qué es eso de menospreciar al Ayuntamiento? ¡Se tiene que respetar a la autoridad!”, clama Colau en el vídeo, tomando de su propia medicina de resistencia a la autoridad.
“TE NECESITAMOS”
Lo cierto es que el mensaje más repetido en los últimos días en las comunicaciones internas de los comunes es uno: “Te necesitamos”. Es cierto que BeC no es un partido que acuda a bancos para financiarse y realizar una gran campaña, pero lleva meses realizando actos por los barrios barceloneses para acercarse a la ciudadanía. El próximo jueves, ha convocado un encuentro en la sede del partido para explicar “cómo te puedes implicar y cómo puedes participar en el cambio que estamos haciendo en la ciudad”. Advierte que “habrá birras y pica-pica”, como siempre. BeC es la reina de las fiestas-guateques de birras y pica-pica, tanto en su sede como en las plazas de Barcelona. Pero el fin merece la pena: los comunes quieren tensar a toda su militancia y ese es un modo de atraer la atención.
Paralelamente, el acto de las Jornadas Barcelona Futura durante el fin de semana del 5 y 6 de noviembre, fue diseñado como la piedra angular que sirve de base para confeccionar durante las próximas semanas un programa electoral que BeC quiere visualizar que está realizado “desde abajo hacia arriba”. Gala Pin -presentada como concejala de Participación 2015/2019-, Amadeu Recasens, Joan Botella, Águeda Bañón, Enric Tello o Jordi Roca son algunas de las cabezas pensantes que utilizará BeC para aportar ideas en las municipales del próximo año. Pero para las jornadas, Colau movilizó a la plana mayor del Ayuntamiento, utilizando como moderadores de las diferentes conferencias a Lucía Martín, Marc Serra, Laura Pérez, Janet Sanz, Eloi Badia, Pau González, Jess González, Gemma Tarafa, Jordi Martí… y Gala Pin también.
UNA NOTICIA DISTORSIONADORA
Es la vuelta a los inicios. Viejas caras y mensajes viejos, que son los que le resultaron útiles en el pasado. La reactivación de la querella de la Asociación por la Transparencia y la Democracia (ATD) ordenada por la Audiencia de Barcelona le ha dado munición para mostrar de nuevo su faceta más victimista. De hecho, los tribunales no han hecho otra cosa que cumplir con su deber: lo que ha habido ahora es la resolución de una apelación a instancia superior. Colau lo sabe, pero ha planteado el asunto como si fuese una nueva andanada personal contra ella. Nada más lejos de la realidad. Es la misma querella que sigue su curso.
BeC estudia cómo enfrentarse a la nueva situación, pues la Audiencia de Barcelona dictaminó que hay indicios más que suficientes como para, al menos, investigar las subvenciones a las empresas amigas vinculadas a Colau y a otros miembros del equipo de gobierno municipal: Observatorio DESC, PAH, Alianza contra la Pobreza Energética y Enginyeria Sense Fronteres (ESF). De lo que haga el juzgado correspondiente dependerá, en gran medida, la campaña electoral, pues una imputación en firme de la candidata de los comunes antes de mayo del 2023 puede dinamitar la campaña electoral. El partido deberá estar más tensionado (y unido) que nunca.