Los vecinos del número 15 de la calle de Sant Pacià, en pleno Raval, no pueden más. Tienen miedo y no es para menos: sufren amenazas e intentos de okupación casi a diario. ¿Los causantes? Un grupo de narcotraficantes habituales de la zona.
"Nos encontramos con personas extrañas dentro de la finca", narran los vecinos a Metrópoli. "A mí me han amenazado verbalmente y también con un destornillador", lamenta uno de los afectados, que recalca su propia corpulencia física, lo que hace que tema lo que le podría hacer este conflictivo grupo a personas de más edad o vulnerables.
UN NEGOCIO EN RIESGO
Este habitante de la finca asegura poseer un negocio propio en la misma calle, una peluquería, con solo ocho meses de vida. "Fue gracias al programa 'Impulsem el que fas', de Barcelona Activa, que pude abrirla", explica el hombre. "Tener problemas extras podría incluso significar un cierre", teme.
DELINCUENTE CONOCIDO
La comunidad de vecinos describe sobre todo a dos individuos, que formarían parte de un grupo aún mayor, como los ejes del conflicto. El que amenazó al residente con un destornillador, el pasado domingo, también intentó okupar un piso vacío propiedad del banco y no es la primera vez que sucede: "Lo intentó hace dos años", explica el afectado. "En aquella ocasión, llamé al 112, pero lo seguí para saber dónde vivía. Resulta que es mi vecino, porque se metió en un piso de la misma calle".
El denunciante se queja, por otra parte, de la escasa actuación policial: "Los Mossos d'Esquadra me dijeron que, como el delincuente había huido, no tenían porqué venir. Su consejo fue que si volvía y me amenazaba, que volviera a llamar".
ABANDONADO POR LA POLICÍA
El vecino, hastiado de la situación, se sorprende del "maltrato", como él califica, de la policía catalana. "Nunca pensé que en una ciudad como Barcelona me sentiría abandonado y desamparado de esta forma". Asegura que los Mossos lo "amenazaron" con que, la próxima vez, no vendrían. "Les resulta gracioso y se ríen en tu cara", denuncia el afectado. "El desamparo que uno siente es desolador y hacer salir lo peor del ser humano", lamenta.
"MARCADOS"
Justo al día siguiente de la amenaza con el arma blanca, la fachada del número 15 apareció con una pintada que la comunidad califica de "marca": "Nos han marcado y ahora cada día dejan basura delante de la finca. Así vigilan entre varios quién entra y quién sale", explica el vecindario. "Somos conscientes del barrio donde vinimos a instalarnos", aseguran, pero no creen que eso justifique la violencia que tienen que sufrir a diario.