Datos demoledores. El estudio del Reial Automòbil Club de Catalunya (RACC) publicado este martes, 29 de noviembre, a partir de una encuesta realizada a 2.000 personas y 25.000 observaciones asegura que la movilidad en Barcelona es más insegura: en el año 2017, esta sensación era del 17%, mientras que en 2022, sube a un 20%.
Especialmente los ciclistas protagonizan el dato: pasan de ser un 15% a un 34% en cinco años. Los motoristas o los viandantes también sienten más inseguridad en la movilidad. Por el contrario, los conductores de coches ven disminuida esa percepción: del 8% al 7%.
MÁS COMPLICADO MOVERSE
Un 60 % de los barceloneses creen que circular por Barcelona es cada vez más complicado, según el estudio. La mayoría de los usuarios consideran que las distintas velocidades y prioridades de circulación hacen muy complicado moverse en Barcelona (65 %) y que la ciudad no está preparada para convivir con tantos métodos de transporte en un mismo espacio (66 %).
RIESGO MÁS COMÚN
Los comportamientos de riesgo más comunes son, en el caso de los peatones, saltarse los semáforos en rojo (53 %) y caminar distraídos mirando el móvil (56 %).
A los ciclistas y usuarios de vehículos de movilidad personal (VMP) se les atribuye principalmente el no indicar las maniobras (51 % y 58 % respectivamente) y el superar los límites de velocidad permitidos (49 % y 63 % respectivamente).
Por lo que respecta a los motoristas, la actitud de riesgo más denunciada por el resto de usuarios es la de adelantar a otros vehículos haciendo zigzag (67 %), seguida de superar el límite de velocidad (48 %), y en el caso de los coches se les atribuye mayoritariamente superar el límite de velocidad (42 %).
SUSTOS O ACCIDENTES
El exceso de velocidad, la falta de respeto por las señales, el escaso uso de indicadores de cambios de carril o giros y la invasión de espacios exclusivos de otros actores son los comportamientos más comunes de riesgo de todos los modelos de transporte.
Según el estudio, uno de cada cuatro usuarios de patinete o bici afirman haber tenido un susto o un accidente en lo que llevamos de año, una cifra que disminuye en el caso de los peatones, que se sitúa en uno de cada siete.
COEXISTEN, PERO NO CONVIVEN
Las conclusiones del estudio son que la movilidad en la ciudad de Barcelona es cada vez más compleja, debido a la aparición de nuevas necesidades de movilidad y a la coexistencia de más métodos de transporte en un mismo espacio público que no crece y que obliga a la redistribución de la movilidad.
Según el RACC, se puede hablar de coexistencia pero no de convivencia entre vehículos, ya que hasta un 66 % de los usuarios cree que los diferentes medios de transporte no se respetan entre sí y el 65 % cree que es complicado respetar las normas de circulación en Barcelona (diferentes prioridades, velocidades, señalización...).
MEJORA DEL ESPACIO PÚBLICO
El RACC considera que hay que actuar en dos vertientes: la primera, conseguir que el ayuntamiento mejore la gestión del espacio público y la segunda, que los ciudadanos mejoren su comportamiento a la hora de circular por la ciudad.