Fuentes sindicales de la Guardia Urbana de Barcelona denuncian que la mayoría de comisarías de la ciudad no son funcionales y que esto impide garantizar un servicio de calidad a la ciudadanía. Metrópoli se ha puesto en contacto con los agentes del SIP Fepol y UGT, que han explicado detalladamente qué problemas tienen los edificios y cuál ha sido la actitud del Ayuntamiento.
Jose Casas, secretario general del Sindicato de la Policía Local- Unión General de Trabajadores de la Guardia Urbana de Barcelona (SPL-UGT-GUB), coincide con Rodríguez y remarca que hace años que están pidiendo una comisaría tipo, que es aquella que se adapta perfectamente a la función policial. Para construir estas dependencias, consideran que es necesario crear una comisión específica con la participación indispensable de la plantilla.
GUARDIA URBANA
"Los miembros de la Guardia Urbana son los que utilizan y viven los edificios y, por lo tanto, son los que mejor pueden plantear distribuciones, ideas y necesidades. Además, algunos agentes son arquitectos o tienen estudios relacionados con el diseño y la construcción de edificios que, además de su visión profesional, también pueden aportar un punto de vista técnico", asegura Casas.
La UGT cree que tener edificios viejos reconvertidos en comisarías no es una buena opción por varios motivos: la falta de espacio para aparcar vehículos policiales, la falta de gimnasios para hacer formaciones físicas en horario laboral, la distribución del espacio ineficiente, dependencias demasiado pequeñas y ubicadas en zonas no aptas, barreras arquitectónicas de entrada al edificio y en su interior, la dificultad de la visión perimetral y el alto coste que supone para la reconversión de la actividad.
SIP FEPOL
Jordi Rodríguez Lima es portavoz del Sindicato Independiente de la Policía Local (SIP Fepol) y explica que, exceptuando dos edificios, hay problemas de incapacidad en todas las comisarías. Lamenta que no se tenga en cuenta la opinión de los agentes a la hora de diseñar las dependencias policiales. Según su punto de vista, el problema está en que el gobierno municipal, para ahorrar gastos, reaprovecha edificios ya construidos para habilitarlos como comisarías, en vez de construir el edificio de nuevo, que, a largo plazo, no solo sería más económico, sino que sería más útil.
Según el SIP Fepol, esto, que a priori podría parecer positivo en términos económicos, a largo plazo, tiene consecuencias negativas para la función policial, ya que en cuestión de poco tiempo, empiezan a aparecer problemas estructurales, unos problemas para los que hay que invertir una gran cantidad de dinero para intentar solucionarlos. Un claro ejemplo de este fenómeno es la falta de vestuarios femeninos que hay en muchas comisarías, asegura.
LA PUNTA DEL ICEBERG
Rodríguez explica que esté no es el único problema. Esto solo sería la punta del iceberg de un problema mucho más grande y que afecta a la mayoría de edificios de la Guardia Urbana. "La comisaría de Sarrià corresponde a una escuela de música, que se ha reformado tres veces y que, a pesar de esto, no se ha podido solucionar los problemas que presenta", lamenta el portavoz.
MALA GESTIÓN DEL GASTO PÚBLICO
"Esto supone una mala gestión del gasto público. Cuando se hace un proyecto de estas características, a 30 años vista, tiene que seguir siendo válido", dice Rodríguez, que ha aprovechado la ocasión para remarcar que, desde SIP Fepol exigen que se les tenga en cuenta y que cada unidad de la Guardia Urbana tenga una comisaría creada desde 0 para evitar futuros conflictos funcionales en el edificio.
"Hacen una chapuza tras otra con un gasto público bestial, algo que se podría evitar si se hicieran las cosas bien hechas desde el principio", lamenta Rodríguez. En este sindicato, explican que, otro ejemplo de este mal gasto de recursos, es la nueva comisaría de la calle de Tàpies. "Con el elevado alquiler que genera, se podría construir una comisaría nueva". Este no es el único problema que, supuestamente, tiene el edificio de Ciutat Vella. Aseguran que hay un mal aprovechamiento del espacio derivado de que el edificio estaba diseñado para otro fin y señalan directamente al gobierno de Ada Colau como responsables de esta mala gestión.
En SIP Fepol explican que la comisaría del Eixample también está mal ubicada y que presenta varios problemas de aprovechamiento de espacio, sobre todo en referencia a la falta de espacio de los vestuarios de mujeres. "El gasto de la última reforma fue de más de 500.000 euros, con la que no se ha solucionado el problema de hacinamiento y espacio insuficiente de los vestuarios femeninos. Dinero malgastado que se suma a los problemas de seguridad que hay en los accesos", asegura Rodríguez.
El policía ha remarcado que no se trata de un hecho aislado, sino que es genérico en varias comisarías. El portavoz asegura que Sants-Montjuïc, Les Corts, Sarrià Sant Gervasi, Gràcia, Horta-Guinardó, Sant Martí, Sant Andreu, Nou Barris y en las unidades descentralizadas de la Zona Franca, también hay todo tipo de conflictos, que se podrían haber evitado si la administración hubiese hecho caso a las opiniones de los sindicatos para evitar problemas operativos y de gestión de espacios.
COMISARÍA DE NOU BARRIS
Según el punto de vista de Rodríguez, la comisaría de Nou Barris "puede tratarse del peor de los casos de los edificios policiales de la Guardia Urbana", ya que comparte espacio con un albergue situado en la planta superior de la comisaría. "Genera, de manera constante, problemas de todo tipo a la Guardia Urbana, desde que les lancen excrementos a los policías y a sus vehículos, como la rotura de los vehículos".
Desde la UGT, coinciden con el SIP Fepol y aseguran que se han detectado varios casos de violencia entre usuarios, ciudadanos, miembros de la policía y daños contra la propiedad, tanto pública como privada. "Esto es un claro ejemplo de que reciclar edificios no es una buena solución, y más cuando se ha analizado el entorno. En este caso, no se ha protegido el entorno de una comisaria, con las singularidades que tiene y con las condiciones especiales que se requieren", lamenta Casas.
FUNCIÓN POLICIAL
"La mala inversión, junto con la negativa constante de la administración a ponerse de acuerdo con los sindicatos en los proyectos de reformas y acondicionamiento de las instalaciones policiales, hacen que se tenga que invertir más recursos económicos en rehacer lo mal proyectado", concluyen desde el SIP Fepol, que remarcado la importancia de consultar a los sindicatos y a los agentes antes de tomar decisiones que afecten directamente a la función policial, como lo son las comisarías.
Según un informe de la Sinducatura de Greuges de Barcelona, algunos de los edificios de la Guardia Urbana no son adecuados ni para la función policial ni para la atención ciudadana. Entre muchas de las recomendaciones, consideran necesario incorporar más vestidores femeninos y hacer mejoras en el interior de las dependencias policiales, ya que algunas de ellas tienen elementos de riesgo. En el informe, se explica detalladamente qué puntos son los que se deberían mejorar y cómo hacerlo.
COMISARÍAS TIPO
A ojos de la UGT, las comisarías tipo tienen una gran cantidad de ventajas: el espacio uniforme favorece la adaptación del personal cuando este llega a un nuevo destino, ya que todo está en el mismo lugar. Además, hay un mejor aprovechamiento del espacio y, además, se mejora la imagen corporativa, tanto de manera externa como interna. Ambas fuentes sindicales consultadas, aseguran que ya hace tiempo que piden la construcción de este tipo de comisarías, unas peticiones que, de momento, no han sido cumplidas.
A ojos de los policías, no solo salen perjudicados ellos mismos como funcionarios, sino que estos supuestos problemas dificultan su misión principal: proteger a los barceloneses y garantizar su seguridad de la manera más integral y completa posible.