Los cruceros en Barcelona vuelven a estar en el punto de mira. Tras una lenta recuperación post pandemia, las cifras todavía no han llegado a los tres millones de pasajeros que llegaron a la ciudad en 2019, aunque se acercan. En concreto, Barcelona recibió el año pasado 2.218.281 millones de cruceristas, una cifra que podría ascender en los próximos años. Según destaca el Informe de externalidades del tránsito de barcos en el puerto de la ciudad elaborado por el Ayuntamiento de Barcelona, sin restricciones ni limitaciones, en 2023 se podría alcanzar la cifra de 900 cruceros y más de 3,5 millones de pasajeros anuales.

Actualmente hay una gran concentración de turistas de crucero en los meses de temporada alta (mayo – octubre), que suponen el 80% de los pasajeros de todo el año. Tal como destaca el Informe, durante este periodo se puede llegar hasta las 400.000 personas al mes, de las cuales el 60% hacen una estancia de pocas horas en la ciudad.

LOS CRUCEROS, A DEBATE

Estas cifras vuelven a poner encima de la mesa un debate que Barcelona, pero también Catalunya, arrastran desde hace años. ¿Se deben limitar los cruceros? Desde la plataforma ‘Stop Creuers Catalunya’ lo tienen claro y van mucho más allá: piden la “eliminación total” de la actividad de los buques en toda la costa catalana en 2025.

Manifestantes en La Rambla contra el turismo de cruceros y aviones / PB

Barcelona, junto con Palma de Mallorca y Venecia, son las ciudades de Europa más expuestas a contaminación atmosférica provocada por cruceros, según denuncia la plataforma. Dídac Navarro, ambientólogo y geólogo y miembro de la plataforma, critica que el sector del crucero es un sistema de turismo que no corresponde con el que necesita Barcelona, ni con las “necesidades que tiene la población, ni la situación de crisis y emergencia climática actualmente”.

EL MAYOR CONTAMINANTE

Desde la plataforma aseguran que es el medio de transporte más contaminante. Navarro señala que los cruceros utilizan el “peor combustible que existe”, el heavy fuel oil (HFO). Este emite grandes cantidades de CO2, pero además desprende contaminantes perjudiciales –óxido de nitrógeno, óxido de azufre y derivados-- para las personas. Por lo que “no solo estamos hablando de un impacto negativo medioambiental, sino también de un problema de salud pública”, critica Navarro, que recuerda las dos sentencias que condenan Barcelona por sus altos niveles de contaminación.

Según un estudio de Transport and Environment, el 10% de las emisiones de óxido de nitrógeno están directamente relacionados con el puerto. "En los mapas de contaminación se ve claramente como el foco se encuentra en el Port de Barcelona", lamenta Navarro.

Cruceros en el Port de Barcelona / CG

Los datos aportados por 'Stop Creuers' muestran que la actividad relacionada con el transporte marítimo en el puerto emite 5,3 millones de toneladas en comparación con el que supone el cómputo total de emisiones en Barcelona, que son 3,4. Es decir, la suma de emisiones relacionadas con el transporte marítimo y aeronáutico son cerca de cuatro veces más de las emisiones que produce la ciudad. De estas cinco millones de toneladas que corresponden al transporte marítimo, el 43% son de mercaderías, mientras que el 57% es de transporte de pasajeros. 

POSIBLES ALTERNATIVAS

Aunque parece que una alternativa a este combustible contaminante sea misión imposible, no es así. Para Navarro, el sector de los cruceros tiene a su alcance opciones más 'verdes'. "Hay diésel con menos cantidad de nitrógeno o sufre. También hay alternativas como el amonio, las baterías eléctricas o el hidrógeno verde", detalla el experto. No obstante, se trata de combustibles muy caros, por lo que hay un evidente "interés económico" en no utilizarlos.

IMPACTO MILLONARIO

El impacto económico de los cruceros también es un tema delicado. Mientras unos defienden la prohibición total de los buques, otros elogian la facturación que aportan los cruceristas.

La actividad genera una facturación anual de 1.083 millones de euros anuales a Catalunya y 152 millones de euros en recaudación fiscal, además de mantener más de 9.000 mil puestos de trabajo, según el Estudio del impacto económico generado por la actividad de cruceros del Puerto de Barcelona, presentado por la Universitat de Barcelona. Los investigadores también destacan que el sector “aporta conectividad de vuelos con el Aeropuerto de Barcelona y estabilidad económica en otros sectores de la ciudad”.

Por su parte, los ecologistas aseguran que no se trata de un turismo igualitario. "La riqueza que genera el sector del crucero va dirigida a zonas más exclusivas o zonas comerciales como la avenida del Portal de l'Àngel o Les Rambles", defiende Navarro. Este factor genera "desigualdad económica", ya que el impacto solo se percibe en una zona muy reducida de la ciudad y no repercute en el comercio local. "Congestiona zonas, mientras que a otras las deja olvidadas", explica el experto.

Imagen panorámica de Barcelona durante un episodio de alta contaminación / EFE

QUEMA DE COMBUSTIBLE

Otro de los impactos sobre el medio ambiente es la quema de combustible. En España existen límites legales sobre la cantidad de contaminantes que se pueden emitir a la atmósfera por combustión. Este aspecto supone un impedimento para los cruceros a la hora de eliminarlos. Por esta razón, utilizan lo que se llama 'scrubbers', una especie de depuradoras. "Debido a las restricciones por la quema de combustible, lo que hacen es inyectar el sobrante bajo el agua, por lo que afectan en especial al ecosistema marino", explica Navarro. 

Concentración en Barcelona en contra de la reactivación de los cruceros / ECOLOGISTES EN ACCIÓ DE CATALUNYA

MEDIDAS INSUFICIENTES

Desde 'Stop Creuers' también denuncian la "inacción política" por parte de los grupos municipales del Ayuntamiento de Barcelona. El experto asegura que se han reunido varias veces con los representantes políticos y lamenta que, aunque desde el consistorio se apueste por reducir la huella de los cruceros en Barcelona, "no es suficiente".

UN VERANO PROMETEDOR

Aunque los ecologistas presionan para prohibir los cruceros, la verdad es que este próximo verano parece ser prometedor para Barcelona. Desde MSC Cruceros, la tercera compañía de cruceros más grande del mundo y líder en el mercado de Europa, Sudamérica y Sudáfrica, se prevé un buen año. En concreto, durante 2023, la compañía efectuará más de 500 escalas en España, de las que 384 tendrán lugar durante la época estival y 111 se producirán solo en Barcelona, en lo que se traduce en más de 550.000 turistas en la capital catalana.

Tras su inauguración el pasado mes de noviembre en Doha, capital de Catar, MSC World Europa regresa al Mediterráneo para establecerse en Barcelona, desde donde se realizarán embarques en verano de 2023 en un itinerario que tendrá escalas en Marsella, Génova, Nápoles y Messina (Italia) y Malta. 

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